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Consejo Mundial de Iglesias
Culto en la Octava Asamblea

Culto de Clausura
Lunes 14 de diciembre de 1998


Encuentro

Silencio

Sonido de tambores

Invitación al culto

Hermanas y hermanos,
nos hemos reunido aquí para el culto de clausura
de la Octava Asamblea del Consejo Mundial de Iglesias.
    SILENCIO
En el principio era el Verbo
y el Verbo estaba con Dios:
luz de vida para todos los seres humanos.

El Verbo estaba con Dios,
y el Verbo era Dios:
lleno de gracia y de verdad.

El Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros,
dándonos el poder de ser hijos de Dios.
Gloria sea a Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo
ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.

Cántico

Confesión

Acudamos a Dios con arrepentimiento.

Recordando la gran esperanza a la que estamos llamados,
sabemos que te hemos decepcionado, oh Dios.
Perdónanos.

Si no nos hemos amado lo suficiente,
para escuchar con respeto:
Perdónanos.

Sí hemos actuado como si fuéramos más importantes que otros,
disimulando nuestras ambiciones con bellas palabras religiosas:
Perdónanos.

Si hemos perdido la fe
en tu amor por la Iglesia:
Perdónanos.

Si ya no recordamos
que tú lloraste por el mundo:
Perdónanos.

Si no escuchamos el lamento de los que sufren,
abre nuestros oídos para que oigamos.

    Lamento de los afligidos:
¿Hasta cuándo, oh Señor, hasta cuándo?
¿Nos olvidarás para siempre? (Ps.13:1)

Cuando el peso de este dolor nos hace apartarnos de ti,
perdónanos y acércanos a tu palabra.

    RESPONSORIO

Promesa de perdón

Escuchad la promesa de Dios:
He aquí, ya se cumplieron las cosas primeras
y yo anuncio cosas nuevas:
antes que salgan a luz yo os las haré saber. (Is.42:9)
¡Gracias a Dios!
Entrada de la palabra

Lectura de la Epístola 2 Corintios 4: 5-15

Porque no nos predicamos a nosotros mismos, sino a Cristo Jesús, el Señor, y nosotros no somos más que servidores de ustedes por amor de Jesús. Porque el mismo Dios que dijo: "Brille la luz en medio de las tinieblas", es el que hizo brillar su luz en nuestros corazones para que resplandezca el conocimiento de la gloria de Dios, reflejada en el rostro de Cristo.

Pero nosotros llevamos ese tesoro en recipientes de barro, para que se vea bien que este poder extraordinario no procede de nosotros, sino de Dios. Estamos atribulados por todas partes, pero no abatidos; perplejos, pero no desesperados; perseguidos, pero no abandonados; derribados, pero no aniquilados. Siempre y a todas partes, llevamos en nuestro cuerpo los sufrimientos de la muerte de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestro cuerpo. Y así aunque vivimos, estamos siempre enfrentando a la muerte por causa de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestra carne mortal. De esa manera, la muerte hace su obra en nosotros, y en ustedes, la vida.

Pero teniendo ese mismo espíritu de fe, del que dice la Escritura: Creí, y por eso hablé, también nosotros creemos, y por lo tanto, hablamos. Y nosotros sabemos que aquel que resucitó al Señor Jesús nos resucitará con él y nos reunirá a su lado junto con ustedes. Todo esto es por ustedes: para que al abundar la gracia, abunde también el número de los que participan en la acción de gracias para gloria de Dios.

Cántico

Lectura del Evangelio Juan 1:1-5, 10-14

Al principio existía la Palabra, y la Palabra estaba junto a Dios, y la Palabra era Dios. Al principio estaba junto a Dios. Todas las cosas fueron hechas por medio de la Palabra y sin ella no se hizo nada de todo lo que existe. En ella estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas no la percibieron.

Ella estaba en el mundo, y el mundo fue hecho por medio de ella, y el mundo no la conoció. Vino a los suyos, y los suyos no la recibieron. Pero a todos los que la recibieron, a los que creen en su Nombre, les dio el poder de llegar a ser hijos de Dios. Ellos no nacieron de la sangre, ni por obra de la carne, ni de la voluntad del hombre, sino que fueron engendrados por Dios. Y la Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros. Y nosotros hemos visto su gloria, la gloria que recibe del Padre como Hijo único, lleno de gracia y de verdad.

    RESPONSORIO

Sermón Rev. Dr Emilio Castro

Himno

Oraciones de intercesión

    RESPONSORIO

Oración del Señor

Letanía de esperanza

Recordemos el día de nuestra salvación.
Recordemos las promesas de Dios:
Estos ríos de lágrimas
    se convertirán en un pozo de agua viva;
las semillas que caen al suelo y mueren
    brotarán y darán fruto abundante.
    RESPONSORIO
Los aplastados y doblegados
    serán elevados en el poder del Espíritu de Dios,
y de los árboles muertos y resecos
    brotarán de nuevo hojas lozanas.
    RESPONSORIO
Nuestra tribulación y nuestra conmoción
    se recogerán en las palmas de la mano de Dios,
y nuestro camino en la oscuridad
    será iluminado por la llama del amor de Dios.
    RESPONSORIO

Acto de comisionamiento y envío

Es tiempo de partir.
¡Alegrémonos en la esperanza!
Tenemos este tesoro en vasos de barro,
y no estamos solos:
El Espíritu de Dios está con nosotros.
Nos rodea una gran nube de testigos -
desde Amsterdam, Evanston, Nueva Delhi, Uppsala, Nairobi, Vancouver y Canberra...
¡y ahora Harare!
Cántico

Se adelantan los nuevos miembros de la Mesa del CMI.

Ustedes han sido elegidos por esta Asamblea para servir como miembros de la Mesa
    del Consejo Mundial de Iglesias.
Tenemos este tesoro en vasos de barro,
    para que la excelencia del poder sea de Dios y no de nosotros. (2 Cor. 4:7)

En este espíritu, serviré.
Amén.

Se adelantan los nuevos presidentes del CMI.
Ustedes han sido elegidos por esta Asamblea para servir como presidentes
    del Consejo Mundial de Iglesias.
Tenemos este tesoro en vasos de barro,
    para que la excelencia del poder sea de Dios y no de nosotros.

En este espíritu, serviré.
Amén.

Se ponen de pie los miembros del nuevo Comité Central del CMI.
Ustedes han sido elegidos por esta Asamblea para servir como miembros
    del Comité Central del Consejo Mundial de Iglesias.

Por la gracia del Espíritu Santo, serviremos.
Amén.

Que Dios les conceda su gracia para esta tarea.
Oramos por ustedes, hermanas y hermanos en Cristo.

Levantad las manos caídas,
y las rodillas paralizadas,
y haced sendas derechas para vuestros pies,
para que lo cojo no se salga del camino,
sino que sea sanado. (Heb.12:12)
Despojémonos de todo peso para correr la carrera.

Puestos los ojos en Jesús,
el autor y consumador de la fe,
el cual por el gozo puesto delante de él
sufrió la cruz, menospreciando el oprobio. (Heb.12:2)

Mientras avanzamos detrás de la cruz,
intercambiaremos nuestras crucesitas de Zimbabwe con otra persona diciéndole,
    "Busca a Jesús."

Vayamos hacia Dios que está fuera de las puertas.
Nuestro Dios nos precede en el camino hacia la periferia,
    corriendo para abrazar al mundo.
Vayamos.
¡Seguiremos a Cristo!

(Los asistentes siguen tras la cruz y el cirio hacia el césped.)

Cántico

Buscad a Dios,
el Dios de la cruz y la cuna.
Alegraos en la esperanza.
El amor espera en el vientre
el vientre de la que creyó.
El amor espera un lugar donde nacer entre nosotros, igual a nosotros.
Maranatha. Ven príncipe de paz.
Maranatha. Ven Señor Jesús.
Bendición
Vayan en paz para amar y servir al Señor.
En el nombre de Cristo. Amén.
Himno Venid, fieles todos


Culto el la Octava Asamblea
Octava Asamblea y Cincuenta aniversario
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