Consejo Mundial de Iglesias

Oficina de Comunicación - Prensa e información
CMI Crónica

150, route de Ferney Apartado 2100 1211 Ginebra 2 Suiza
Correo electrónico: media



16 de agosto de 2001

¿Buenas nuevas a los pobres?


Véase Comunicado de prensa del CMI, PR-01-27, de 9 de agosto de 2001

La Asamblea del CMI, celebrada en Zimbabwe en 1998, pidió al Consejo que incluyera en su programa ecuménico como cuestión prioritaria la problemática de la mundialización. Desde entonces, sobre la base de ese mandato, el CMI ha estado empeñado en promover una mejor comprensión de los efectos de la mundialización (o globalización) económica y en ofrecer una plataforma ecuménica que permita reaccionar ante sus consecuencias. Por otra parte, se está preparando para dos importantes acontecimientos que han de tener lugar en un futuro próximo: la Conferencia Internacional sobre Financiación del Desarrollo, que se celebrará en marzo de 2002, y la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Sostenible , que se celebrará en Johannesburg, el mes de septiembre de 2002.

Una serie de consultas regionales sobre la mundialización de la economía forman parte de estos esfuerzos. La primera sobre "Mundialización y Status Confessionis" fue organizada conjuntamente por el CMI y la Alianza Reformada Mundial (ARM) en Bangkok en 1998. La segunda consulta que tuvo por tema: "La mundialización en Europa central y oriental - reacciones ante sus consecuencias ecológicas, económicas y sociales" se celebró en Budapest, en junio, patrocinada por el CMI, la ARM, la Conferencia de Iglesias Europeas y el Comité Regional para Europa de la ARM. El tema de la presente consulta mundial que tiene lugar en Nandi (Fiji), del 12 al 17 de agosto, es "La Mundialización económica: Isla de esperanza". Se prevén otras reuniones regionales para Europa occidental, América Latina, África y América del Norte en 2002 y 2003.

A este artículo sobre la reunión en Fiji seguirán tres entrevistas a participantes y un resumen final. Las entrevistas sólo estarán disponibles en inglés. Los que estén interesados en recibir estos artículos tengan a bien ponerse en contacto con la Oficina de Relaciones con los Medios de Información del CMI (véase dirección electrónica infra ).

Personas procedentes de más de treinta países de todas las regiones del mundo se han reunido en la acogedora y hermosa isla de Fiji. Comparten la convicción de que es necesario encontrar alternativas a la mundialización económica. Cada una de ellas es consciente de la presencia en su vida de las múltiples formas de la mundialización. Y cada una da cuenta también de los efectos negativos de las expresiones económicas de la mundialización: aumento de la pobreza en lugar de crecimiento económico; aumento de la exclusión y de las dificultades; toma de decisiones en manos de una minoría; y esas decisiones empujan más y más a la gente a las márgenes de su propia sociedad.

El debate no es, por supuesto, un debate nuevo. Se manifiesta con rabia en la calle con ocasión de las reuniones del Banco Mundial, del FMI y del G8; ha ocupado los institutos de investigación y ha puesto a prueba los conocimientos de los intelectuales. Ha provocado una profunda inquietud en las comunidades de fe.

¿Por qué debemos ser ganadores o perdedores? ¿Por qué el motor de la prosperidad tiene que ser la competencia y no la cooperación? ¿Por qué debe se debe dar primacía a la dominación sobre la solidaridad en la economía mundial? ¿Porqué se manifiesta indiferencia ante la suerte que corren los pobres en lugar de manifestarse compasión? ¿Cómo ha comenzado esta carrera y a dónde nos está llevando?

El Consejo Mundial de Iglesias (CMI), en colaboración con la Conferencia de Iglesias del Pacífico (PCC) convocó a todas estas personas y les dijo: "Cuenten su experiencia. Pero de tal manera que su historia permita percibir las semillas de nuevos comienzos y de nuevas formas de vida". Ha sido una sorpresa para los participantes comprobar que las experiencias eran todas muy similares. Consideran que no es muy necesario detenerse en el examen de la situación económica cada vez más precaria de millones de personas en todo el mundo. Sin embargo, son muy conscientes de que es necesario dedicar mucho tiempo a pensar y examinar las estrategias que permitirán el cambio y restablecerán la seguridad y la dignidad humana de quienes han sido marginados.

"Uno de los mandatos del Movimiento Ecuménico es manifestar solidaridad para con los pobres, dando una clara respuesta a la gran misión que nos ha confiado Jesucristo de dar la buena nueva a los pobres, anunciar la libertad a los cautivos y proclamar el año agradable del Señor", dice la doctora Agnes Abuom de Kenya, una de las presidentes del CMI. Y añadió, "siempre que las fuerzas de las tinieblas y de la muerte han cernido una amenaza sobre la vida, el Movimiento Ecuménico les ha hecho frente para condenarlas , denunciarlas y luchar contra ellas. En este momento particular, una de las manifestaciones de las fuerzas de la muerte que amenazan la humanidad, la vida en su plenitud, es precisamente la forma de gestión de la economía a nivel mundial".

¿Buenas nuevas a los pobres? Por supuesto, el presidente George Bush de los Estados Unidos de América piensa que eso es la mundialización económica. En un reciente discurso pronunciado en el Banco Mundial dijo que "el comercio es una buena cosa para los pobres, y (por lo tanto) quienes se oponen a la liberalización del comercio no son amigos de los pobres". Los participantes en la consulta de Fiji expresaron su desacuerdo. En las economías de los grandes países los pequeños agricultores son asfixiados. Lo que antes producían para el mercado interno actualmente es importado. En Kenya, el café bruto se exportaba con beneficios, pero desde que comenzaron a procesar los granos de café, los mercados del Norte comenzaron a cerrar sus puertas debido a los aranceles demasiado elevados. Los ejemplos de la injusticia en el ámbito económico son muy numerosos. Los trabajadores reciben un salario cada vez más bajo y son víctimas de abusos; las pequeñas empresas sucumben a la presión de la explotación multinacional.

"Creemos en una fe que afirma la vida. Nuestra fe no nos permite que crucemos los brazos ante las víctimas, hombres y mujeres, de abusos, de manipulación, de destrucción" dice Abuom. El CMI puede reunir a personas a todos los niveles: mundial, regional, local - como lo ha hecho aquí en Fiji. Podemos aportar un análisis propio que otras organizaciones de la sociedad civil no pueden expresar con tanta claridad. El CMI, junto con otras comunidades religiosas, aporta su perspectiva ética y pone de relieve la dimensión espiritual de la vida que ha sido constantemente negada. Si ustedes examinan la índole de las protestas de la sociedad civil estos últimos años, comprobarán que hablan de la vida, pero no se refieren a los recursos espirituales de la gente, a las cuestiones éticas. Una de las principales contribuciones del Movimiento Ecuménico, incluido el CMI, es plantear esas cuestiones".

En la reunión de Fiji, los participantes procedentes del Pacífico y de África consideraron que los valores comunitarios clave - como justicia, participación y solidaridad - forman parte de las alternativas a los valores que rigen la mundialización económica.

En África, el Banco Mundial ha estado tratando de entablar diálogo con las iglesias, hablando de coparticipación y de colaboración. Para Abuom esas invitaciones presentan nuevos desafíos: "Por supuesto, tenemos que tender puentes con esas instituciones. El diálogo es importante. Pero ellas deben saber de dónde venimos. Somos personas de fe. Esto nos permite albergar esperanzas en un futuro mejor, y nos da la fuerza necesaria para abrir con determinación las puertas, a fin de que las voces de todas las víctimas de la codicia o de la prosperidad de otros puedan hacerse oír y sean respetadas".


Para más información pónganse en contacto con:
Karin Achtelstetter, Responsable de relaciones con los medios de información
Tel. (+41 22) 791 61 53 (Oficina);
Tel. (+41 79) 284 52 12 (Celular);
Correo electrónico: media
Arriba

Comunicados de prensa de 2001

Página raíz del CMI


El Consejo Mundial de Iglesias (CMI) es una comunidad de 342 iglesias, procedentes de más de 100 países de todos los continentes y de la mayor parte de las tradiciones cristianas. La Iglesia Católica Romana no es una iglesia miembro pero mantiene relaciones de cooperación con el CMI. El órgano rector supremo es la Asamblea, que se reúne aproximadamente cada siete años. El CMI se constituyó oficialmente en 1948 en Amsterdam (Países Bajos). Al frente del personal del CMI está su Secretario General, Konrad Raiser, de la Iglesia Evangélica de Alemania.