Nuestra Visión Ecuménica

Letanía para la renovación del compromiso, Octava Asamblea

A continuación figura una letanía que se utilizará en la Octava Asamblea del Consejo Mundial de Iglesias para el servicio de celebración del 50 aniversario y de renovación del compromiso con el Movimiento Ecuménico. Este servicio tendrá lugar el 13 de diciembre de 1998 en Harare, Zimbabwe. Toda información complementaria se publicará en este sitio.



Nuestra Visión Ecuménica
¡Jesucristo, que nos ha llamado a ser uno, está en medio de nosotros!
Cristianos y cristianas de todas las partes del mundo, reconocemos con gratitud
        que el Dios Trino ha unido aún más a nuestras iglesias
        en la fe y la vida, el testimonio y el servicio.
Celebramos el 50 aniversario del Consejo Mundial de Iglesias,
        "una comunidad de iglesias que confiesan al Señor Jesucristo como Dios y Salvador
        según el testimonio de las Escrituras,
        y procuran responder juntas a su vocación común,
        para gloria del Dios único, Padre, Hijo y Espíritu Santo".

    Al recibir el legado de los que nos han precedido:
Estamos inspirados por la visión de una iglesia
        que reúne a todos los seres humanos en comunión con Dios y unos con otros,
            que comparte un solo bautismo,
            celebra una sola santa comunión,
            y reconoce un Ministerio común.

Estamos inspirados por la visión de una iglesia
        que expresa su unidad confesando la fe apostólica,
            viviendo en una comunidad conciliar,
            actuando con un sentido de responsabilidad recíproca.

Estamos estimulados por la visión de una iglesia
        que llega a todos y a cada uno,
            que comparte,
            está al servicio de todos,
            proclama la buena nueva de la redención de Dios,
        y es al mismo tiempo signo del reino y sierva del mundo.

Estamos interpelados por la visión de una iglesia,
        pueblo de Dios que avanza por el camino,
        que enfrenta todas las divisiones de raza, género, edad y cultura,
        que lucha por la consecución de la justicia y la paz,
        y por la integridad de la creación.


    Reafirmando que nuestro cometido aquí y hoy es encarnar la visión de lo
    que el pueblo de Dios está llamado a ser:

Caminamos juntos como pueblo liberado por el perdón de Dios.
            En medio del quebrantamiento del mundo,
            proclamamos la buena nueva de la reconciliación,
            la curación y la justicia en Cristo.

Caminamos juntos como pueblo que tiene fe en la resurrección.
            En medio de la exclusión y la desesperanza,
            creemos, con alegría y esperanza, en la promesa de la plenitud de vida.

Caminamos juntos como pueblo en oración.
            En medio de la desorientación y de la pérdida de identidad,
            discernimos signos del cumplimiento del designio de Dios
            y esperamos la venida de su Reino.


    Por ello, hacemos nuestra esta visión del Movimiento Ecuménico:

Anhelamos la unidad visible del cuerpo de Cristo,
        que afirma los dones de todos,
        jóvenes y ancianos, mujeres y hombres, laicos y ordenados.

Tenemos esperanza en la curación de la comunidad humana,
        la plenitud de toda la creación de Dios.

Creemos en el poder liberador del perdón,
        que transforma la hostilidad en amistad
        y rompe la espiral de la violencia.

Aspiramos a una cultura del diálogo y la solidaridad,
        a compartir la vida con los extranjeros
        y a buscar el encuentro con los creyentes de otras religiones.

Y asumimos este compromiso:

Queremos permanecer juntos y estamos impacientes por avanzar juntos hacia la unidad.
        Respondemos a la oración de Jesucristo
        de que todos sean uno para que el mundo crea (Juan 17:21).
        Nos apoyamos en la seguridad de que
        en el designio de Dios todas las cosas estarán unidas en Cristo
        lo que está en los cielos y lo que está en la tierra (Efesios 1:10).

Afirmamos que lo que nos une es más fuerte que lo que nos separa.
        Ni los fracasos ni las incertidumbres
        ni el miedo ni las amenazas
        harán decaer nuestra voluntad de avanzar juntos hacia la unidad,
            de acoger a todos los que deseen unirse a nosotros en esa peregrinación,
            de ampliar nuestra visión común,
            y de descubrir nuevas formas de dar testimonio y de actuar juntos en la fe.

En este cincuentenario, renovamos nuestro compromiso de fortalecer el Consejo Mundial de Iglesias,
        Como una verdadera comunidad ecuménica,
        a fin de que pueda cumplir los objetivos para los que fue fundado,
        para gloria del Dios Trino.


    Oración
            Dios de unidad, Dios de amor,
            que lo que decimos con nuestros labios se enraíce en nuestro corazón,
            y que lo que afirmamos con nuestro pensamiento se encarne en nuestra vida.
            Envíanos tu Espíritu
                    para orar en nosotros lo que no nos atrevemos a orar,
                    para exigir de nosotros mucho más de lo que nos exigimos a nosotros mismos,
                    para interpelarnos cuando nos sintamos tentados a seguir nuestro propio camino.
            Condúcenos hacia el mañana,
            condúcenos juntos,
            condúcenos hacia el cumplimiento de tu voluntad,
            la voluntad de Jesucristo, Nuestro Señor, Amén.

(Texto aprobado por el Comité Ejecutive en febrero de 1998.)


TerryMacArthur
Consultor encargado de los cultos
Consejo Mundial de Iglesias
Apartado 2100
1211 Ginebra 2, Suiza

Tel.: (+41.22) 791 6486
Fax: (+41.22) 791 0361
Correo electrónico: WCC Contact

Consejo Mundial deIglesias
Octava Asamblea
3 - 14 de diciembre
Harare, Zimbabwe



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