Ginebra, 29 de octubre de 2003
Queridos hermanos y hermanas:
Gracia y paz a ustedes de corazón!
La distancia geográfica no ha impedido que las noticias de las últimas semanas provenientes de Bolivia nos hayan conmovido profundamente. El pueblo boliviano se ha movilizado inundando La Paz y también se han visto movilizaciones en otras ciudades.
Las recientes manifestaciones han sido ensombrecidas por las muertes de más de 100 personas y más de 400 heridos.
Exhortamos al nuevo gobierno, especialmente al Sr. Presidente, Carlos de Meza Gisbert, a que escuche la voz del pueblo y que conduzca el país hacia la paz duradera. La necesidad de un diálogo es imperiosa para reconstruir el país con la participación del pueblo. Una democracia que se afiance en el derecho y la justicia. Como expresaba el profeta: “la obra de la justicia será la paz y los frutos de la justicia serán la tranquilidad y seguridad para siempre (Is 33: 17)
En el marco de esta nueva etapa, nos preocupa en especial la suerte de los excluidos: los pobres, los indígenas, las mujeres y los niños. Ellos, que son los mas vulnerables en la sociedad, son quienes sufrieron las peores consecuencias de este conflicto.
Nos unimos a la oración y al testimonio de las iglesias en Bolivia, que con su palabra y acción han dado muestras señeras del seguimiento de Cristo, haciendo un llamado a que la justicia y la paz reine.
Que Dios continúe acompañando al pueblo de Bolivia, a las iglesias y sus pastores para que reencuentren la paz basada en la justicia y para que fortalezcan la democracia y las relaciones entre todos los bolivianos.
Fraternalmente,
Konrad Raiser
Secretario General
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