Consejo Mundial de Iglesias

Oficina de Comunicación - Prensa e información
Communicado de prensa

150, route de Ferney Apartado 2100 1211 Ginebra 2 Suiza
Correo electrónico: media


COMITÈ CENTRAL 1999 No. 2


el 27 de agosto de 1999

ANTE EL SIGLO 21: EL TESTIMONIO PROFETICO DE LAS IGLESIAS PARA CONSTRUIR UNA CULTURA DE LA PAZ


Como si fuera una respuesta a la pregunta sobre lo que las Iglesias tienen que decirle al mundo de hoy, Konrad Raiser, secretario del Consejo Mundial de Iglesias (CMI), se ha dirigido a las iglesias y a la sociedad ante una cultura generalizada de la violencia: "Comprometerse a vencer la violencia y a edificar una cultura de la paz es quizàs el verdadero testimonio profético que deben dar las iglesias".

El Secretario General hablaba ante el nuevo Comité Central del CMI que se reúne estos dias en Ginebra, elegido en la VIII Asamblea General, celebrada en Harare en diciembre de 1998. Su informe recoge los meses de trabajo pasados tras la Asamblea para tomar en cuenta las preo

Lo más destacado de su intervención ha sido su capacidad de centrar el debate en una cuestión fundamental: la mirada hacia el futuro. Así Raiser ha planteado la necesidad de definir el futuro papel que debe jugar el Consejo Mundial de Iglesias, el papel que debe jugar la Asamblea dentro del funcionamiento del CMI y el futuro del testimonio profético de las Iglesias. En este sentido señaló el papel dinamizador que debe jugar el CMI promoviendo el diálogo y el trabajo de las iglesias a nivel local, como ya viene haciéndolo, y recordó los nuevos programas que apuntan a la voz profética: "vencer la violencia".

Sobre el futuro del Consejo, el secretario general se ha detenido en "la afirmación del Consejo Mundial como una comunidad fraternal de iglesias", que aparece en la documentación de la citada Asamblea General. Frente a la globalización la decisión ecuménica por permanecer juntos -afirmación de Amsterdam 1948- es el esfuerzo por promoveer una cultura de la convivencia -en castellano en el original-, por subrayar el caracter relacional del CMI. A propósito de la Asamblea, Raiser ha dicho de ella que es la expresión más tangible del CMI y que su nuevo papel pasa por la postura que tome ante los medios de comunicación y en relación a las comuniones cristianas mundiales, tratando la forma en que deben conjugarse la multiplicación de representaciones y la limitación de recursos. Este es el primer reto que el secretario general plantea al nuevo Comité.

El futuro del testimonio profético de las Iglesias ha sido la cuestión más retomada por los medios de comunicación en la rueda de prensa posterior al informe del secretario general del CMI. Konrad Raiser ha hecho memoria de la lucha en el seno del movimiento ecuménico contra la violencia, desde la Asamblea de Upsala (1968) que discutió sobre cambio social por medio de la lucha no violenta de Martín Luther King. Esta tradición de lucha para superar la violencia ha tomado cuerpo en los 90 en las declaraciones públicas y acciones del CMI frente a los numerosos conflictos regionales. Ciertamente los mayores desgarros se han producido en este siglo en guerras y violencia programada y gratuita. Una acción por parte de las iglesias debe enfrentarse a esta realidad de violencia, no sólo con comunicados y diálogos bilaterales, sino en la promoción activa de una cultura de la paz.

En eso consite el segundo reto planteado por Konrad Rraiser al Comité Central: según la propuesta de la Asamblea, retomada por el Comité de Orientación se ha decidido proclamar al período 2001 - 2010 como el "Decenio Ecuménico para Superar la Violencia". No se quiere que sea un programa más, sino una voz y una acción que asuman las iglesias en su propio contexto. Una voz, profética que no sólo actúe sobre nuestras prácticas, sino que signifique un trabajo sobre el "arte de enseñar una cultura de la paz", revisando viejos y esclerosados conceptos heredados de la guerra fría, e incluso la misma noción de justicia: no ya un concepto legalista, sino "un proyecto común destinado a resolver el conflicto o a curar las heridas de la historia".

Las afirmaciones del secretario general no son nuevas, y así lo tiene a gala cuando se le pregunta en la conferencia de prensa. Muchas de ellas son parte del programa del CMI desde sus inicios y se han expresado a través de muchos y complejos procesos en los que el CMI ha estado comprometido. La importancia de lo retomado en Harare es subrayar el papel profético de las iglesias frente a la violencia de cualquier índole o signo.


Para más información pónganse en contacto con: Karin Achtelstetter, Responsable de Prensa e Información
Tel. (+41 22) 791 61 53 (Oficina)
E-mail: media
Arriba

Vuelta al índice de comunicados de prensa

Vuelta a la página raíz del CMI


El Consejo Mundial de Iglesias es una comunidad de Iglesias, actualmente 338, procedentes de más de 100 paises de todos los continentes y de la mayor parte de las tradiciones cristianas. La Iglesia Católica Romana no es una iglesia miembro pero mantiene relaciones de cooperación con el CMI. El órgano rector supremo es la Asamblea, que se reúne aproximadamente cada sieta años. El CMI se constituyó oficialmente en 1948 en Amsterdam (Paises Bajos). Al frente del personal del CMI está su Secretario General, Konrad Raiser, de la Iglesia Evangélica de Alemania.