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COMITÉ CENTRAL 1999 No. 2


el 2 de septiembre

FEDERICO JOSÉ NATALIO PAGURA - OBISPO DE LA IGLESIA EVANGÉLICA METODISTA DE ARGENTINA:UNO DE LOS PRESIDENTES DEL CONSEJO MUNDIAL DE IGLESIAS


Entrevistar al Obispo Pagura es acercarse al latido de la gente del pueblo por la libertad. Su conversación fluida transmite serenidad y esa forma de sabiduría que da la experiencia, pero también pasión, Federico Pagura eleva la voz para recordar a los amigos, "testigos y mártires, con los que tiene una deuda de ideales", eleva la voz para rebelarse contra la injusticia del sistema económico actual y para defender a los pueblos indígenas. Es un hombre capaz de profundizar en sus sentimientos al hablar del apoyo de su esposa, de sus convicciones o de los momentos de cambio importantes en su vida. Una vida de "servicio", la palabra que más resuena al hablar de sus múltiples quehaceres y responsabilidades. Lleva una cruz Copta, regalo de un amigo monje de Egipto, su otra cruz es la de los hugonotes, con el Espíritu Santo, por el origen valdense de su esposa, signos de su vocación ecuménica.

Federico José Natalio Pagura nació en 1923 en la provincia de Santa Fe, en el pueblo de Arroyo seco, cerca de Rosario, donde vive actualmente. Pagura habla con afecto de Rosario, cuna de la bandera argentina, ciudad de las artes, de gobierno socialista y cuna también del Che Guevara. Como si fuera contagioso, también el obispo argentino lleva en su corazón a su país, su gente, el arte y la lucha por el cambio. Rosario fue la ciudad que le reconoció estas virtudes, nombrándole ciudadano ilustre, el 31 de octubre 1996. Cuando se le pregunta que espera aportar desde su cargo en la presidencia compartida del CMI, Federico Pagura responde: "puedo aportar muchos años de trabajo", reconoce al presentar su candidatura, a la VIII Asamblea del CMI, celebrada en diciembre en Harare, lo que contó para los latinoamericanos fue su "coherencia", coherencia de fe y de compromiso con los pobres y los excluidos del sistema. No le falta razón, su trayectoria profesional y su ministerio dan testimonio: Pagura es sobre todo un hombre coherente. Ante este nuevo cargo pide fuerzas a Dios, convencido con el teólogo suizo Hans Küng de que el ser ecuménico es el cristiano del futuro, hombre o mujer. Federico Pagura piensa que el movimiento ecuménico es irreversible y que debe alcanzar más profundidad y amplitud.

"Vivimos tiempos violentos por las consecuencias del sistema socioeconómico que se ha instalado en todo el país, es un descalabro para nuestro pueblo", su mente, como su vida recorre la historia de su ministerio con referencias constantes a la actualidad, "Antes el imperialismo de las dictaduras y de las armas creó los mártires, que sólo alguna vez se sabrá cuantos fueron en la lucha por la verdad, la libertad y la justicia. Hoy es el sistema", y recuerda a Monseñor Romero, al español Ellacuria, Mauricio López, o Angeleli, el mártir prohibido.

Federico Pagura es hijo de la inmigración sus abuelos paternos llegaron en los años 20 a Argentina procedentes de Friuli, en el norte de Italia y por parte materna tiene origen indígena, de la tribu Toba, del Norte de Argentina. Fue su abuelo Natalio, organista y sacristán quién reunió en una fe cristiana inconformista orígenes tan dispares. Natalio conoció una versión del Evangelio editada por Sociedades Bíblicas, aquella Biblia sembró inquietudes en él, debatió con el cura del pueblo y este le quemó la Biblia; compró otra. Con su familia y el vecindario reunió una comunidad, tenía 10 u 11 hijos, y celebraba misas ante un altar con un cuadro de la sagrada familia y unas velas. Su afán era reformar la vida de la iglesia. Un pastor metodista de Rosario le visitó y se unió a la Iglesia Metodista.

Así estudió en el colegio Metodista, hoy "Colegio Latinoamericano", que tiene más de 125 años. Después hizo magisterio, y se licenció en Teología en la Facultad de Teología Evangélica (ISEDET) de Buenos Aires. Realizó estudios de post-grado en Union Theological Semminary, de Nueva York 1948-49 y en la Escuela Teológica de Claremont, California. Ambas instituciones ecuménicas le influyeron en lo que Pagura llama " su afirmación y vocación ecuménica, que es característica de todo su ministerio".

Su esposa Rita, "compañera y madre idónea", ha sido también su secretaria y encargada de relaciones públicas. De padre vasco-español y madre valdense, ha acompañado su ministerio y su vida pastoral de tal modo que Federico Pagura siempre incluye un plural cuando habla de su ministerio: "Estábamos predestinados al ecumenismo".

El obispo metodista fue primero pastor y superintendente en varios lugares en la Iglesia Evangélica Metodista Argentina. Fue elegido obispo de Costa Rica y Panamá, residiendo en San José de Costa Rica entre 1969-1973. Vuelve a Argentina, Mendoza, donde fueron "llamados al servicio" entre 1973 y 1977. Trabajó también al frente de la Comisión Evangélica Latinoamericana de Educación Cristiana y desde 1977 a 1989 Preside el Consejo de obispos de la iglesia metodista Argentina. Se retira del ministerio activo en agosto de 1989.

Sin embargo no deja de ejercer cargos de responsabilidad. Desde su constitución en 1978 en Oaxtepec, México, fue elegido primer presidente del CLAI, Consejo Latinoamericano de Iglesias, juntos con otros dos presidentes de Chile y Puerto Rico. Deja su cargo en el CLAI en febrero de 1995, entonces fue nombrado miembro de la junta directiva del Instituto Vida y Paz, con sede en Uppsala (Suecia) hasta 1998. También dirigió el rumbo de la Comisión Misión Mundial y Evangelización del CMI.

Hoy pastorea una congregación con otros dos pastores en Rosario. Escribe poesía e himnos. A Pagura se le atribuye el "primer tango evangélico", llamado la marsellesa evangélica, con el título "Tenemos esperanza", era un canto realizado en una época desesperante.

En Argentina preside el Movimiento Ecuménico pro Derechos Humanos de Argentina, desde la dictadura militar. Una bomba estuvo a punto de acabar con la vida de su esposa, su hija y la madre de su esposa. La prueba sirvió de estímulo a la familia: "Esto nos afirmó más que nunca a trabajar en defensa de la vida de nuestros compatriotas". El secuestro y desaparición del profesor Mauricio López, miembro de ese Movimiento Ecuménico y rector de la Universidad de S. Luis, Argentina, les marcó profundamente.

Federico Pagura fue nombrado Doctor honoris causa por la Universidad de Toronto, Canada, en humanidades y por la Universidad De Paul, Indiana, en divinidades, es también Premio Mauricio López, por el Consejo Nacional de Iglesias de USA en 1997. Un aspecto internacional importante que recuerda fue su participación en la búsqueda de una solución pacífica para Guatemala, junto con el CMI, el CLAI, la Federación Luterana Mundial y el Consejo Nacional de Iglesias de USA. También trabajo en pro de las minorías étnicas norteamericanas.

Federico Pagura está convencido por la afirmación de Leonardo Boff, de que la iglesia no está llamada a preocuparse tanto por su futuro, sino por el futuro de la humanidad y de la creación y por cual será su aporte para protegerla, cuidarla y defenderla; lo demás vendrá por añadidura -añade Pagura-. Es el eje de nuestra misión en un tiempo grave, peligroso y desafiante, dice el obispo Metodista, a quien lo que le interesa es "hacer conscientes a los hermanos y hermanas de todos los continentes y confesiones de los clamores por la verdad, justicia y paz que quieren hacer oír los pueblos latinoamericanos".


Para más información pónganse en contacto con: Karin Achtelstetter, Responsable de Prensa e Información
Tel. (+41 22) 791 61 53 (Oficina)
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Foto de F. Pagura

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