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23 de noviembre de 1999

EL SECRETARIO GENERAL DEL CMI PRECONIZA UN
EXAMEN CRÍTICO DE LOS AÑOS DE LA GUERRA FRÍA

Disidentes checos lamentan la falta de apoyo que experimentaron durante el régimen comunista Véase comunicado de prensa del CMI del 17 de noviembre de 1999


Konrad Raiser, secretario general del Consejo Mundial de Iglesias (CMI) se ha pronunciado en favor de un detenido y crítico examen de los años de la Guerra Fría. Ciertas "actitudes" adoptadas en el pasado por el CMI debían, sobre la base de análisis históricos más serenos, ser objeto de nuevas interpretaciones, declaró el pasado fin de semana el Dr. Raiser con ocasión de un encuentro que tuvo con ex disidentes checos en Praga. Sus interlocutores acusaron al CMI de haber silenciado la violación de los derechos humanos en la Checoslovaquia de entonces.

En lugar de condenar las violaciones de derechos humanos en los países comunistas con la claridad con que había condenado el apartheid en Sudáfrica, había tratado entonces el CMI de llegar a un consenso con los Estados del bloque oriental, lamenta el pastor protestante Alfred Kocab, que fue uno de los signatarios de la "Carta 77". No hubo entonces señal alguna de que el CMI comprendiera la posición de los disidentes. Y era de esperar, dijo Kocab, que en el futuro el Consejo se esforzara por enfocar de distinto modo cuestiones tan controvertidas y tratara de mantener el diálogo con todas las partes en conflicto.

Peticiones e informes sobre pastores que habían sido entonces objeto de persecución por motivos políticos no habían encontrado sino oídos sordos, añadió Jan Duss, militante de los derechos civiles. Y por lo general sólo se había prestado atención a las declaraciones oficiales de las autoridades eclesiásticas. Los defensores de los derechos civiles sintieron que el CMI les había fallado.

El Pastor Pavel Hlavac también fue crítico. Con su actitud inquebrantable, el CMI había supuesto una carga suplementaria para los pastores de muchas comunidades, que ya estaban sometidos a la presión del Estado. Las opiniones de los disidentes y del CMI habían sido fundamentalmente distintas.

El CMI ha aprendido desde entonces la lección, aclaró Raiser, el cual desea tomar realmente en serio las críticas, incluso en aquellos casos en que se apartan, a su juicio, de las realidades históricas. Se trata en parte de diferencias sustanciales en cuanto a la estimación y el enjuiciamiento ético de la situación y de la forma en que, en determinadas circunstancias, se hubiera debido actuar. Ahora hay que continuar el diálogo ya iniciado, en el que todas las voces deben tener la posibilidad de intervenir.

Invitación para el Foro 2000
Durante su visita a la República Checa del 17 al 21 de noviembre el Dr. Raiser se reunió con destacados representantes de las iglesias miembros del CMI, así como con diversos profesores de las Facultades checas de Teología, con el Primado de la iglesia católica checa, Cardenal Miloslav Vlk, y con representantes del Ministerio checo de Cultura. En una conversación con el presidente Václav Havel, éste invitó a Raiser a participar en la conferencia Foro 2000 cuya celebración está prevista el año próximo en Praga.

Por otra parte, visitó el Secretario General del CMI el monumento que, en la aldea checa de Lidice recuerda cómo dicha aldea fue pasto de las llamas que, en represalia por el atentado de que había sido objeto el entonces "Reichsprotektor" para Bohemia y Moravia, Reinhard Heydrich, encendieron las tropas de las SS. Lidice es hoy un símbolo del proceso de reconciliación. En ese lugar, subrayó Raiser, la humanidad se sentirá constantemente interpelada a resolver los conflictos del mundo por medios pacíficos y no mediante el recurso a la fuerza.

Refiriéndose a la situación de las iglesias en la República Checa, el secretario general del CMI dijo que esas iglesias tienen bien claro que se encuentran en una situación límite y que su país se ha convertido hoy en "tierra de misión". Al Secretario General le ha impresionado la búsqueda activa de nuevas formas de ser iglesia en la sociedad contemporánea y de presentarse en la vida pública, tratando de resolver al mismo tiempo la cuestión de las relaciones entre la iglesia y el Estado. A ese respecto no puede el CMI recomendar simplemente un modelo. Pero sí quiere poner a las iglesias checas en contacto con iglesias que se encuentran en situación análoga y que pueden poner en común sus experiencias.

La República Checa es uno de los países más secularizados del antiguo bloque oriental. Más de la mitad de la población no está afiliada a ninguna iglesia. Y, según datos oficiales, un 40 por ciento pertenece a la iglesia católica romana. Los miembros de iglesias no católicas representan menos del 5 por ciento de la población total. Los párrocos siguen estando pagados por el Estado. Y, diez años después del cambio de régimen político, no se ha resuelto todavía la cuestión de la devolución de las propiedades eclesiásticas que fueron confiscadas por el Estado bajo el régimen comunista.

De positiva calificó Raiser la situación de las relaciones ecuménicas en la República Checa. Entre las autoridades de las iglesias se aprecia una abierta disponibilidad para el diálogo. También se aprecia un gran compromiso ecuménico en la base. Y es "alentador" que, con la iniciativa y el apoyo de los principales responsables eclesiásticos, se estén adoptando en muchos lugares medidas encaminadas a superar las divisiones confesionales. El Secretario General dijo que el CMI "haría todo lo que estuviera a su alcance para apoyar y promover ese proceso".


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