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el 27 de mayo de 1999

CONSULTA SOBRE LAS IGLESIAS Y LA CRISIS
DE LOS BALCANES
Budapest, Hungría, 26-27 de mayo de 1999


Véase comunicado de prensa del CMI del 21 de mayo de 1999

Más de 40 dirigentes y representantes de iglesias de Europa oriental y occidental y de América del Norte se reunieron en Budapest, Hungría, los días 26 y 27 de mayo para hablar sobre las respuestas de las iglesias a la crisis en la región de los Balcanes. En la reunión también participaron representantes de las iglesias de la República Federal de Yugoslavia (Iglesias luterana, metodista, reformada y ortodoxa serbia).

La Consulta fue conjuntamente organizada por el Consejo Mundial de Iglesias (CMI) y la Conferencia de Iglesias Europeas (KEK) en colaboración con la Federación Luterana Mundial (FLM) y la Alianza Reformada Mundial (ARM). La organización local corrió a cargo del Consejo Ecuménico de Iglesias de Hungría. Además, la Consulta contó con la presencia de un representante del Consejo de Conferencias Episcopales Europeas. Las organizaciones ecuménicas internacionales han tomado varias iniciativas en respuesta a la crisis, incluido el envío de delegaciones a la República Federal de Yugoslavia, Albania y la ex República Yugoslava de Macedonia.

Los principales objetivos de la Consulta eran:

  • intercambiar información sobre las diferentes iniciativas y las declaraciones de las iglesias en respuesta a la crisis de los Balcanes;
  • entablar un diálogo encaminado a un mejor entendimiento de los diferentes puntos de vista y posiciones de las iglesias;
  • definir cuál debe ser el papel de las iglesias en respuesta a la crisis y cómo pueden dar testimonio y promover la paz en ese contexto.

Los participantes en la Consulta hicieron suya la preocupación de la comunidad internacional acerca de la escalada del conflicto y de las numerosas violaciones de los derechos humanos que se registran en Kosovo, el devastador impacto de los bombardeos de la OTAN y los trágicos efectos de los mismos para la población civil, así como la crítica situación de cerca de un millón de refugiados de Kosovo.

En la Consulta se reconocieron las complejas raíces históricas del conflicto además de las diferentes percepciones en cuanto a la naturaleza del conflicto y las causas que provocaron el éxodo masivo de los albaneses de Kosovo.

En un contexto de renovadas divisiones y hostilidades en Europa, los representantes de las iglesias expresaron su compromiso de permanecer juntos mediante la oración y la solidaridad. En esta situación, las iglesias deberían esforzarse por dar un testimonio cristiano común y actuar concertadamente afirmando los siguientes principios y objetivos:

  • la necesidad de reconocer la fundamental y urgente prioridad de las negociaciones como única base para una solución duradera de la crisis, y de exhortar a todas las partes a no dejar pasar ninguna oportunidad para poner fin a las hostilidades.
  • Apoyar las iniciativas que promuevan una solución pacífica y duradera del conflicto y que reconozcan el derechos de todos los grupos étnicos y nacionalidades a coexistir en el mismo territorio.
  • Instar a que se tomen garantías para asegurar el derecho al regreso en condiciones de seguridad de todos los desplazados por el conflicto.
  • Reconocer y promover el papel central de las Naciones Unidas y de la OSCE en cualquier solución negociada de la crisis.
  • Contribuir al proceso de reconciliación y rehabilitación de las comunidades.
  • Respaldar los esfuerzos por hacer justicia a todas las víctimas del conflicto.
  • Continuar respondiendo a las necesidades humanitarias de todos los afectados por la crisis por intermedio de ACT-Acción Conjunta de las Iglesias (CMI/FLM) y de las iglesias y los interlocutores locales.

Los participantes en la Consulta reconocieron la necesidad de un diálogo y un debate más exhaustivos sobre las siguientes cuestiones:
  • el concepto de "guerra justa" y los medios para la solución pacífica del conflicto.
  • Las reivindicaciones en pugna en cuanto a la soberanía nacional y la intervención humanitaria.
  • La relación entre religión, identidad, territorio y nación. "minoría/mayoría" y la historia en la formación de las diferentes percepciones del conflicto.
  • La determinación y la naturaleza de fuentes de información fiables y su debida difusión.

Seguimiento y posibles iniciativas futuras:
  • En la Consulta se reconoció que la crisis afecta a la totalidad de la región sudoriental de Europa. De fundamental importancia para la búsqueda de una solución duradera sería tener en cuenta los diferentes componentes nacionales, étnicos, culturales e históricos en el proceso de integración europea. En particular, la tradición ortodoxa debe reconocerse como parte integrante del legado europeo.
  • Cabe esperar que la Conferencia de Iglesias Europeas desempeñe un papel particular en el seguimiento. A ese respecto debería reforzarse la cooperación con el Consejo de Conferencias Episcopales Europeas y otros interlocutores de la Iglesia Católica Romana para responder a los desafíos que se plantean a nivel regional. También debería fortalecerse el marco de cooperación con las iglesias y las organizaciones ecuménicas de América del Norte, sobre la base de la experiencia de los programas de derechos humanos de las iglesias.
  • Debería considerarse seriamente la posibilidad de llevar a cabo nuevos programas que favorezcan una respuesta cristiana en Europa sudoriental con miras a promover un enfoque orientado al futuro, centrándose en la acción preventiva, la educación, el diálogo interreligioso y la creación de redes en el marco de la sociedad civil o la consolidación de redes ya existentes.

Para más información pónganse en contacto con: Karin Achtelstetter, Responsable de Prensa e Información
Tel. (+41 22) 791 61 53 (Oficina)
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Fotos: Contactar Aztalos Zoltan, MTI, tel.: 00361 375 3691; fax: 00361 375 1084

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