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24 de noviembre de 2000

Las iglesias instan a las Naciones Unidas a que investiguen matanzas, golpizas y suicidios entre los trabajadores migratorios en los Estados del Golfo


El Consejo Mundial de iglesias (CMI) y la Comisión Católica Internacional de Migración (ICMC) hicieron un llamamiento conjunto a las Naciones Unidas para que examinen los "numerosos informes" de graves abusos, en particular asesinatos, de trabajadores migratorios en los países del Golfo Pérsico.

En la carta a la Sra. Gabriela Rodríguez, relatora especial de las naciones Unidas sobre los derechos humanos de los migrantes, el CMI y la ICMC instan a que se lleve a cabo inmediatamente una investigación en el Golfo, región en la que residen unos 12 millones de migrantes, principalmente de Asia meridional y de Egipto.

La carta está firmada por el secretario general del ICMC., Sr. William Canny, y por el Rev. Dwain Epps, coordinador de Relaciones Internacionales del CMI. El texto de la carta dice lo siguiente:

"Estamos profundamente preocupados por la condición de los trabajadores migratorios en los países del Golfo Pérsico y le pedimos que, en el marco de su mandato, lleve a cabo una investigación acerca de su situación.

Esa investigación es muy necesaria si se tienen en cuenta los numerosos informes de golpizas, muertes y suicidios entre las personas que han sido contratadas como empleadas domésticas.

La Comisión Católica Internacional de Migración y el Consejo Mundial de Iglesias tienen una larga historia de lucha por los derechos de los trabajadores migratorios. Es con ese espíritu que pedimos a esa Oficina que asuma el desafío de examinar las necesidades particulares de los trabajadores migratorios en el Golfo.

Como usted sabe, en los países del Golfo hay una gran cantidad de trabajadores migratorios; aunque no se cuenta con estadísticas precisas, se piensa que suman aproximadamente 12 millones, y que la mayoría procede de Asia meridional y de Egipto.

Sabemos por informes de las organizaciones de derechos humanos, de las asociaciones de migrantes y de otras fuentes, que los migrantes en el Golfo se enfrentan con difíciles problemas. Nos preocupan especialmente los informes sobre graves abusos, la rutinaria confiscación de los pasaportes por empleadores o intermediarios, y la falta de un recurso jurídico eficaz cuando surgen conflictos entre trabajadores y empleadores.

Nos inquieta sobre todo la vulnerabilidad de los trabajadores que han quedado sin documentación. Por otra parte, la participación de agencias de contratación privadas y patrocinadoras hace que sea difícil de saber quién es responsable cuando un trabajador migratorio no recibe el salario o los beneficios prometidos. Y cuando realmente existe un recurso jurídico, suele requerir tanto tiempo y dinero que los migrantes no pueden utilizarlo.

Las empleadas domésticas son particularmente vulnerables debido a que no están protegidas por la legislación laboral de la mayoría de los países del Golfo. Esto significa que no cuentan con recurso jurídico alguno cuando un empleador les exige que trabajen 11 horas al día, siete días por semana.

En una época en la que los trabajadores migratorios se enfrentan con problemas en todas las regiones del mundo, la situación en los países del Golfo es especialmente difícil y requiere una investigación a fondo. A diferencia de otras partes del mundo en las que residen migrantes, en el Golfo no existen organizaciones locales que puedan hablar en nombre de los trabajadores.

Esperamos que esa Oficina decida visitar esa región y reúna relatos de primera mano sobre la situación tanto por parte de los gobiernos como de los migrantes, y que recomiende las medidas pertinentes a la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas."


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