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6 de diciembre de 2000

"La búsqueda de la unidad es esencial para nuestra naturaleza cristiana"


Karin Achtelstetter, encargada de Relaciones con los Medios de Información del Consejo Mundial de Iglesias (CMI), habla con el secretario de Asuntos Intercristianos de la Iglesia Ortodoxa Rusa, el padre Hilarion Alfeyev, acerca de los resultados del Concilio del Jubileo de los Obispos Ortodoxos Rusos.

Karin Achtelstetter: El documento "Los principios fundamentales de la actitud de la Iglesia Ortodoxa Rusa hacia otras confesiones cristianas" está ya disponible en su traducción oficial al inglés. Es uno de los diversos documentos publicados por el Concilio de los Obispos de la Iglesia Ortodoxa Rusa, que se reunió en agosto del año 2000. Padre Hilarion, ¿podría, antes que nada, presentar los temas que se trataron en el Concilio, así como la situación de la Iglesia Ortodoxa Rusa en la que se reunieron los obispos?

Padre Hilarion Alfayev: El Concilio del Jubileo de los Obispos, que tuvo lugar en agosto de este año, fue, desde mi punto de vista, el Concilio más productivo de la Iglesia Ortodoxa Rusa desde el famoso Concilio local de 1917-1918. El Concilio de este año elaboró varios documentos importantes. Uno de los actos más importantes fue la canonización de más de 1.000 santos de los siglos XX, XIX y XVIII, entre los que se encuentran muchos nuevos mártires de la Iglesia Ortodoxa Rusa. La atención de los medios de comunicación se centró especialmente en la canonización del zar Nicolás II y de su familia, y se pasó casi completamente por alto la canonización de otras mil personas. Estas canonizaciones se deben entender en el marco de nuestra historia reciente. El zar Nicolás II y su familia estaban entre los que sufrieron a causa de su fe cristiana y por ser representantes auténticos de su país. Esto es especialmente cierto en el caso de Nicolás II y de su familia porque, aunque no sufrieron por Cristo en un sentido literal, eran portadores de la pasión del pueblo ruso y murieron por ser rusos, por ser fieles a su país y a su pueblo. Entre los más de mil santos recientemente canonizados hay personalidades importantes -tanto del siglo XX como de los siglos anteriores- como, por ejemplo, el archimandrita Makari Gloukharev, que fue misionero en la región de Altai y lo animaba un espíritu muy ecuménico. Quería organizar una misión conjunta de cristianos, musulmanes y judíos, e incluso construir un templo en el que los representantes de estas religiones tradicionales pudieran orar juntos. Sé que algunos círculos de la Iglesia Ortodoxa Rusa se opusieron con fuerza a esta canonización; sin embargo, esta persona fue canonizada y yo creo que es una señal muy positiva.

Otro resultado importante de este Concilio ha sido la adopción de un documento denominado Bases de la Concepción Social, o de la Doctrina Social, de la Iglesia Ortodoxa Rusa. El documento trata muchas cuestiones relacionadas con la vida de los cristianos en la sociedad contemporánea. Se hace referencia a la cuestión de la Iglesia y el Estado y constituye un gran avance en las relaciones entre ambos porque proclama la total independencia de la Iglesia. También proclama que la Iglesia tiene el derecho y la autoridad moral para influir en las decisiones que toma el Estado. Además, especifica que, en los casos en los que el Estado o el Gobierno emprendan alguna acción o actividades que sean contrarias al espíritu y la ética cristianos, la Iglesia puede llamar a sus fieles a la protesta o, incluso, a la desobediencia civil.

KA: Volviendo a "Los principios fundamentales de la actitud de la Iglesia Ortodoxa Rusa hacia otras confesiones cristianas", ¿por qué era tan importante para la Iglesia Ortodoxa Rusa examinar en ese momento esas cuestiones y adoptar un documento como este?

HA: Desde hace tiempo existe un debate en la Iglesia Ortodoxa Rusa, que se ha intensificado mucho tras la implosión de la Unión Soviética y que todavía está en curso, sobre la participación de los ortodoxos en varias actividades intercristianas. Muchos representantes de la iglesia cuestionaban la necesidad de esas actividades como los diálogos bilaterales, la presencia de los ortodoxos rusos en el Consejo Mundial de Iglesias y en otras organizaciones ecuménicas. Esas críticas existen todavía a diferentes niveles. Queda claro que algunas personas -influidas por diferentes grupos cismáticos- utilizan esta cuestión con fines propagandísticos. Pero hay quienes están realmente preocupados con la situación actual del Movimiento Ecuménico. Pensamos que el grado de participación y la capacidad de influir de la Iglesia Ortodoxa en el Movimiento Ecuménico no son suficientes. Por lo tanto, hay muchos debates y polémicas acerca de estas cuestiones. Y, una vez más, la gente expresa sus opiniones particulares, y algunos, simplemente, están perplejos: no saben qué pensar ni a quién creer. Para la iglesia era muy importante adoptar una posición oficial equilibrada acerca de las razones por las que es necesario continuar participando en el diálogo intercristiano.

KA: Como usted ha señalado, este Concilio ha sido uno de los más importantes de la historia de la Iglesia Ortodoxa Rusa. En su opinión, ¿qué importancia tiene el documento "Los principios fundamentales de la actitud de la Iglesia Ortodoxa Rusa hacia otras confesiones cristianas" para la vida de su iglesia?

HA: En primer lugar, el documento proclama con toda claridad cuál ha sido la posición oficial de la Iglesia Ortodoxa: la Iglesia Ortodoxa se identifica con la verdadera Iglesia de Cristo, la que fundó Cristo. El hecho de que participemos en debates y diálogos con otras iglesias y comunidades cristianas no menoscaba la importancia de esta convicción intrínseca de los cristianos ortodoxos. En segundo lugar, en el documento se afirma que la búsqueda de la unidad es esencial para nuestra naturaleza cristiana y que sería un pecado subestimar la necesidad de trabajar en favor de la unidad cristiana.

KA: ¿Nunca se habían hecho declaraciones antes?

HA: Sí, todo esto ya se había dicho antes, de una u otra forma. Sin embargo, situar estas cuestiones en su marco teológico es muy útil. En el documento se especifica que la Iglesia Ortodoxa Rusa ha dialogado con cristianos de otras confesiones durante más de 200 años. Se especifica asimismo que la Iglesia Ortodoxa Rusa establece una diferencia entre las diversas confesiones. Eso quiere decir que reconocemos el bautismo de algunas confesiones, que reconocemos el bautismo y la crismación de algunas de ellas y que aceptamos a los representantes de algunas confesiones cristianas, si son sacerdotes u obispos, en su jerarquía actual.

KA: ¿Qué carácter tiene este documento dentro de la Iglesia Ortodoxa Rusa?

HA: Es un documento oficial que tienen que seguir todos los miembros de la Iglesia Ortodoxa Rusa.

KA: ¿Hasta que se elabore un nuevo documento?

HA: No está previsto que haya un nuevo documento. Por supuesto que, a largo plazo, la iglesia es libre de adoptar enmiendas o realizar modificaciones en sus propios documentos. Éste no se redactó únicamente para su uso inmediato. La idea fue elaborar un documento que fuese válido durante años, cuando no durante décadas. Por esa razón sus autores intentaron desvincularse tanto como fuera posible de la situación que prevalece en el mundo cristiano.

KA: En el documento se hace referencia reiteradamente a la "Iglesia Ortodoxa". ¿Quiere eso decir que la Iglesia Ortodoxa Rusa habla en nombre de toda la familia ortodoxa calcedonia?

HA: Se trata de un documento interno dirigido a la Iglesia Ortodoxa Rusa, y se utiliza la expresión Iglesia Ortodoxa Rusa cuando se hace referencia a la función particular que esta iglesia ha desempeñado o a ciertos aspectos históricos de la participación de los ortodoxos rusos en actividades intercristianas. Sin embargo, cuando se hace una declaración más general acerca de las diferentes posiciones teológicas, dogmáticas o doctrinales de la Iglesia Ortodoxa, se utiliza la expresión Iglesia Ortodoxa. Esto no significa que otra iglesia ortodoxa no pueda cuestionar estas posiciones, aunque pienso que es más bien improbable que una iglesia ortodoxa critique una posición dogmática de la Iglesia Ortodoxa Rusa. Los obispos de la Iglesia Ortodoxa Rusa piensan que, al hablar de diferentes aspectos teológicos y doctrinales de nuestra participación en actividades intercristianas, representaban el punto de vista ortodoxo, que comparten las otras iglesias ortodoxas.

KA: Según el documento, la Iglesia Ortodoxa no puede aceptar la igualdad de las denominaciones. ¿No cree usted que esta posición podría molestar a otras tradiciones cristianas no ortodoxas que están dialogando con la Iglesia Ortodoxa Rusa?

HA: No nos oponemos a la coexistencia de diversas denominaciones como entidades jurídicas. Sin embargo, no podemos ignorar el hecho de que algunas confesiones cristianas, desde nuestro punto de vista, están más cerca de la verdad que otras. Cuando en el documento se habla de la igualdad de las denominaciones, se refiere a su igualdad con respecto a lo que nosotros consideramos que es la verdadera tradición de la Iglesia una, santa, católica y apostólica. Nosotros identificamos a la Iglesia Ortodoxa con una iglesia fiel a su tradición, mientras que proclamamos que algunas otras confesiones cristianas se han alejado de una u otra manera de esa tradición. Por lo tanto, a este respecto, no hay igualdad entre ellas.

KA: ¿Permite esta posición el diálogo en pie de igualdad con otras denominaciones?

HA: Todo diálogo se realiza siempre en pie de igualdad, lo que no disminuye el hecho de que cada parte en el diálogo considere que posee la verdad. Al menos esto es cierto para la Iglesia Ortodoxa Rusa. En un capítulo especial del documento se afirma claramente que el diálogo no es monólogo. Por lo tanto, nosotros participamos no sólo para hablar y para ver si lo que decimos es aceptable, sino también para escuchar. Sin embargo, esto no significa que vayamos a modificar nuestras posiciones dogmáticas. Significa que estamos dispuestos a escuchar o, como se dice al final del documento, "os hemos hablado con franqueza; nuestro corazón os hemos abierto". Es una cita de la Segunda Epístola a los Corintios.

KA: En el documento se afirma que la Iglesia Ortodoxa Rusa - ¿o se refiere a cualquier iglesia ortodoxa?- no puede ser miembro de una organización cuyos estatutos, reglamentos o procedimientos requieran renunciar a la fe y a las tradiciones de la Iglesia Ortodoxa, de una organización en la que la Iglesia Ortodoxa no pueda expresarse como una, santa, católica y apostólica, en la que las decisiones no tendrían en cuenta la concepción eclesiológica de la Iglesia Ortodoxa, o en la que el reglamento y el procedimiento presupongan la obligatoriedad de la opinión mayoritaria. ¿Cómo afecta eso, concretamente, a la relación con el Consejo Mundial de Iglesias?

HA: En el documento se dice que la Iglesia Ortodoxa Rusa no puede participar en organizaciones internacionales o intercristianas que tengan esos criterios. Creo que la declaración se hizo deliberadamente en términos hipotéticos más que concretos. No se establecen los criterios que debería tener una organización de la que la Iglesia Ortodoxa Rusa podría ser miembro. Más bien, se describe una teórica organización intercristiana en la que los criterios no correspondan a la visión eclesiológica de la Iglesia Ortodoxa Rusa. Lo que quiere decir que los obispos rusos no querían referirse a ninguna organización intercristiana en particular. La descripción se hizo para facilitar la opción que los obispos, los sacerdotes y otros miembros de la Iglesia Ortodoxa Rusa tienen que hacer en ocasiones para unirse o no a una organización particular.

KA: ¿Cómo se aplicaría, en su opinión, al Consejo Mundial de Iglesias?

HA: Creo que la respuesta es muy simple. Si vemos que la constitución y el reglamento del Consejo Mundial de Iglesias exigen que se renuncie a la doctrina ortodoxa; si vemos que la Iglesia Ortodoxa no tiene oportunidad alguna de dar testimonio de su naturaleza de Iglesia una, santa, católica y apostólica; si vemos que las decisiones no tienen en cuenta nuestra propia conciencia eclesiológica, y si vemos que la opinión mayoritaria es de índole obligatoria en el Consejo Mundial de Iglesias, dejaremos probablemente de ser miembros.

KA: La Iglesia Ortodoxa Rusa es miembro del Consejo Mundial de Iglesias desde hace muchos años. ¿Tiene ahora dudas acerca de su condición de miembro?

HA: El debate en la Comisión Especial tiene como objetivo aclarar diversas preocupaciones de los ortodoxos. Algunos ortodoxos creen que el Consejo Mundial de Iglesias ya no representa, como lo hizo en el pasado, las posiciones de la Iglesia Ortodoxa. Algunos ortodoxos dicen que, de hecho, nunca estuvieron representados debidamente. Por ejemplo, hay voces muy fuertes en la Iglesia Ortodoxa Rusa que exigen que se retire del Consejo Mundial de Iglesias. Todos los ortodoxos tienen el sentimiento de que se necesita no sólo mejorar y modificar las estructuras actuales, sino introducir una nueva estructura y una nueva manera de ser. Hay que volver a examinar muchas cuestiones y se debe crear un espacio amplio en el Consejo para los ortodoxos. Nos hemos comprometido con el Consejo Mundial de Iglesias hasta que culmine el trabajo de la Comisión Especial. Creo que la decisión de nuestra iglesia acerca de permanecer, de retirarnos sin más, o de encontrar una condición de observadores o cualquier otra condición dependerá de los resultados a los que llegue la Comisión Especial.

La entrevista con el secretario de Asuntos Intercristianos de la Iglesia Ortodoxa Rusa, padre Hilarion Alfeyev, es una de las entrevistas, así como crónicas especiales y artículos informativos sobre temas relativos a la relación entre las iglesias ortodoxas y otras iglesias miembros del CMI.

Para más información sobre el Concilio de Obispos de la Iglesia Ortodoxa Rusa pueden consultar su sitio

Una fotografía del padre Hilarion Alfayev está disponible aquí o en el teléfono: (+41.22) 791.62.95



Comisión Especial sobre la Participación de los Ortodoxos en el Consejo Mundial de Iglesias (CMI)

La Comisión Especial fue creada por la Octava Asamblea del CMI en Harare (Zimbabwe), en 1998. La decisión de la Asamblea de crear la Comisión se vio motivada por la creciente preocupación manifestada por las iglesias ortodoxas en relación con el CMI. Esta preocupación dio lugar a una reunión de las iglesias ortodoxas (calcedonias) en Salónica (Grecia) en mayo de 1998. En el centro de las preocupaciones manifestadas por los ortodoxos y sistematizadas en esa reunión estaban algunas actividades del propio CMI: "cierta evolución dentro de algunas iglesias miembros protestantes del Consejo que se refleja en los debates en el marco del CMI", la dificultad de avanzar en los debates teológicos ecuménicos y la percepción de que la estructura actual del CMI dificulta de forma creciente, según algunos, o hace imposible, según otros, la participación significativa de los ortodoxos. En su decisión de aprobar la creación de la Comisión Especial, la Asamblea de Harare había observado que "otras iglesias y familias eclesiales" tienen preocupaciones similares a las de los ortodoxos.

En su segunda reunión celebrada en el Cairo (Egipto) del 23 al 25 de octubre de 2000, la Comisión Especial redactó un informe sobre la marcha de los trabajos, que se presentará al Comité Central que se reunirá en Postdam, cerca de Berlín (Alemania), del 29 de enero al 6 de febrero de 2001. Asimismo aprobó un plan de acción que requerirá intensos trabajos antes de la próxima reunión plenaria en noviembre de 2001. Se prevé la presentación del informe final al Comité Central que se reunirá en septiembre de 2002.

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