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3 de marzo de 2000

El Comité Ejecutivo exige firmes garantías de protección de los derechos humanos y medidas para responder a las necesidades humanitarias en Chechenia


El Comité Ejecutivo del Consejo Mundial de Iglesias (CMI) ha exhortado al Gobierno de la Federación de Rusia a establecer firmes garantías de protección de los derechos humanos y a tomar medidas para responder a las necesidades de las víctimas de la guerra en Chechenia. En la jornada final de su reunión en Bossey, en las afueras de Ginebra, el órgano rector del CMI instó a que "se preste la debida asistencia y se establezcan corredores humanitarios ... y se permita el acceso a la región a las organizaciones humanitarias internacionales."

En su declaración, el Comité Ejecutivo del CMI se refiere a las denuncias "de graves violaciones de los derechos humanos en zonas de Chechenia controladas por Rusia, e "insta a las autoridades a permitir "el acceso a esas regiones por parte de los organismos competentes de las Naciones Unidas y la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE)".

"La continuación de esta guerra no puede ser la base para la estabilidad y la paz". Rusia se expone además a quedarse aislada de otras naciones europeas ...", dijo el Comité Ejecutivo del CMI.

La reunión del Comité Ejecutivo del CMI en Bossey comenzó el pasado 29 de febrero y concluye hoy, 3 de marzo.

A continuación figura el texto completo de la declaración del Comité Ejecutivo del CMI sobre la situación en Chechenia:

DECLARACIÓN SOBRE CHECHENIA

Los orígenes del actual conflicto en Chechenia se remontan a la historia de los pueblos de la región. Sin embargo, desde 1991, las tensiones étnicas y nacionales se han agravado con el desmoronamiento de la autoridad en Chechenia. Los casos de violaciones de los derechos humanos y de atentados contra la seguridad personal han sido objeto de profunda preocupación por parte de la comunidad internacional, en particular, el creciente recurso al secuestro de individuos y grupos con fines políticos o financieros. Cientos de personas, entre ellas, dirigentes ortodoxos cristianos y dirigentes musulmanes, funcionarios de las Naciones Unidas, miembros de organizaciones humanitarias, periodistas, ciudadanos de territorios vecinos y numerosos chechenos, niños incluidos, han sido víctima de secuestros y actos brutales; algunos de ellos han muerto asesinados. Mucho se sospecha que ese estado de anarquía ha inducido actos de terrorismo en manos de militantes chechenos en la Federación de Rusia. En los últimos meses de 1999, los combatientes chechenos perpetraron un asalto contra la población de Daghestán, territorio vecino de Chechenia en la Federación de Rusia."

En respuesta al agravamiento de la situación, y alentado por el considerable apoyo de su pueblo, el Gobierno de la Federación de Rusia ha procedido a una nueva intervención militar en Chechenia. Aunque el objetivo específico era restablecer el imperio de la ley y el orden, la realidad es que la intervención se ha llevado a cabo recurriendo a medios desproporcionados y a menudo indiscriminados, ha ocasionado la muerte y mutiliación de muchos y ha obligado a cientos de miles de personas a huir de la región. Todavía es incierto el número de jóvenes soldados rusos y chechenos que han perdido la vida. Las tropas rusas han restringido la libertad de movimiento del pueblo de Chechenia y de las regiones vecinas, incluidas las personas que han decidido regresar voluntariamente a sus hogares. Las organizaciones internacionales han denunciado masivas violaciones de los derechos humanos en las zonas controladas por Rusia, en particular, la existencia de campos de detención, y los testimonios apuntan a la participación de miembros del ejército ruso en actos criminales, en particular, en la matanza arbitraria de civiles.

Aunque las autoridades rusas niegan esas acusaciones, el hecho de que impidan el acceso al Comité Internacional de la Cruz Roja para prestar asistencia a los chechenos detenidos y de que restrinjan el acceso a periodistas y otros observadores independientes pone en tela de juicio la credibilidad de sus afirmaciones. Las acciones militares continúan en ambos bandos y los frentes del ejército impiden el paso de los civiles en las líneas rusas, ocasionando constantes pérdidas de vidas humanas. Miles de civiles apenas tienen acceso a alimentos, agua, asistencia médica, electricidad o gas.

Ese sufrimiento no puede seguir. La continuación de esta guerra no puede ser la base de una paz duradera. Antes bien, el odio y el deseo de venganza que atiza apuntan a un conflicto sin fin e inducen nuevos actos de terrorismo y más sufrimiento para la población. Con esta guerra, Rusia se expone además a quedarse aislada de otras naciones europeas y de importantes aliados; ejemplo de ello ha sido la reciente iniciativa de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa, que declaró que, con sus operaciones militares, Rusia había violado las normas del derecho humanitario internacional.

Por consiguiente, el Comité Ejecutivo del Consejo Mundial de Iglesias, reunido en Ginebra, Suiza, del 29 al 3 de marzo de 2000:

Acoge con satisfacción el llamamiento de su Santidad Alexy II, patriarca de Moscú, el 12 de noviembre de 1999, en el que insta a mancomunar esfuerzos para contribuir a curar las heridas físicas y espirituales de todos los que sufren en esta situación y exhorta a todas las partes a obrar juntas por la reconciliación y orar por la paz para que Dios manifieste su presencia junto al dividido y apesadumbrado pueblo de Chechenia;

Hace llegar sus oraciones a la Iglesia Ortodoxa Rusa, al tiempo que se esfuerza por orientar a los dirigentes y pueblos de esta nación , a fin de velar por que se trate con compasión a las víctimas de la guerra, ofrecer alternativas constructivas frente al recurso a la violencia armada y buscar una solución justa y pacífica;

Insta a un cese inmediato de las hostilidades y al diálogo con los representantes chechenos que gozan del respeto del pueblo, en aras de una solución duradera basada en la voluntad del pueblo y en el marco de la democracia, del imperio de la ley y de las normas de derechos humanos;

Insta encarecidamente a todas las partes a valerse de los recursos que ofrece la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) para la consecución de esos objetivos;

Acoge con beneplácito los esfuerzos de las autoridades rusas para investigar las denuncias de violación de los derechos humanos en las zonas de Chechenia controladas por Rusia y exhorta encarecidamente a las autoridades a permitir el acceso a esas regiones por parte de los organismos de las Naciones Unidas competentes y la OSCE;

Insta encarecidamente también al Gobierno de la Federación de Rusia a establecer firmes garantías de protección de los derechos humanos y a tomar medidas para responder a las necesidades del pueblo afectado por la guerra, en particular, a prestar la debida asistencia a las víctimas, establecer corredores humanitarios que permitan huir a los civiles atrapados en las zonas de conflicto, y permitir el acceso a la región por parte de los organismos humanitarios internacionales; y

Exhorta a la comunidad internacional a ayudar al Gobierno de la Federación de Rusia en la reconstrucción de hogares y de la infraestructura de la región, y en el suministro de la debida asistencia a las personas desplazadas que deciden regresar voluntariamente, para que puedan reconstruir su vida y sus comunidades, así como en las iniciativas de reconciliación.


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