América Latina, afirmó, intenta esconder los años que hubo regímenes militares que estuvieron en el poder en varios países de la región. Con esto, las heridas del pasado fueron aparentemente tratadas. "La detención y la extradición de Pinochet es como si esa herida se abriese nuevamente. Es doloroso para el pueblo chileno pero también constituye una condición indispensable para un verdadero proceso de reconciliación".

El Presidente del CLAI, quien se encuentra participando como observador de la 8va Asamblea del CMI explicó que retomar el caso de Pinochet corresponde de cierto modo a la visión del perdón. "El perdón no es la aceptación del pecado cometido, sino que presupone el arrepentimiento y la decisión de que no vas a cometer más el crimen".

"El proceso es en sí una señal de esperanza para el futuro pues pone en riesgo de juicio a quien en ejercicio del poder no respete la dignidad de la persona humana", añadió.

Altman, que es Pastor de la Iglesia Evangélica de Confesión Luterana en Brasil también quisiera se conocieran todos lo acontecimientos relacionados al golpe militar en Chile, incluso que los apoyos internacionales sean esclarecidos y "que tuviéramos un derecho internacional eficaz, que prohibiese las acciones de naciones militarmente poderosas en los países del Tercer Mundo", concluyó.

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