El redoble de los tambores africanos y la proyección de un grupo de diapositivas dieron inicio a la presentación que también incluyó una representación teatral en la que 3 actores (un anciano, una mujer y una persona joven) entablaron un diálogo para reflejar el conflicto entre dos herencias: la opresión y la dominación por una parte y la resistencia y la lucha por otra que han dado paso a la actual situación: un continente que por fin tiene derecho a la libertad y se esfuerza por definir y determinar su propio futuro.

"El pueblo africano no es mejor ni peor que cualquier otro pueblo en el mundo. Busca sistemas de vida mejores para ellos y para sus hijos. Sueñan con la libertad, con mejores oportunidades de vida y con medios que les permitan ampliar sus posibilidades", expresó el Rev. Barney Pityana quien tuvo a su cargo una de las presentaciones con el título: Africa, la huella de Dios.

El Rev. Pityana, mencionó como desafíos esenciales para el continente erradicar la pobreza, implantar la democracia, los derechos humanos, establecer sistemas de gobierno eficaces y establecer normas para un mundo en que se respeten los principios éticos.

Por último, hizo un llamamiento a la regeneración moral del continente africano y de sus pueblos. Apuntó también a la "orientación ética de la vida" como condición indispensable para lograr una sociedad basada en una buena gestión de los asuntos públicos y que proteja los derechos humanos de los ciudadanos.

Por otro lado, la Profesora Mercy Amba Oduyoye de Ghana, también tuvo una interesante presentación titulada Carta a mis antepasados, en la que criticó la influencia occidental en la cultura africana.

"Hoy vemos que el pluralismo cultural y religioso es una realidad mundial. Afirmamos pues que para tomar este factor en serio, es preciso que tomemos la religión africana en serio. Aquellos de nosotros que somos cristianos debemos aprender al mismo tiempo a ser auténticamente africanos y auténticamente cristianos. Tenemos que esforzarnos por contribuir al cristianismo mundial y a un ecumenismo cristiano", expresó Oduyoye.

Al concluir las presentaciones, tuvo lugar un acto de compromiso en el que todos los africanos presentes se levantaron y se comprometieron a luchar por un Africa mejor y a decir "nunca más" a la humillación. Al mismo tiempo, los africanos pidieron a la Asamblea que les acompañase en su camino de esperanza.

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