Los jóvenes, representantes de todas las regiones del mundo, están participando del magno evento como ujieres o facilitadores. Con telas de diferentes colores, símbolo de las 8 regiones de las que proceden (Africa, Caribe, América Latina, Medio Oriente, Pacífico, Norteamérica, Europa y Asia), el animado grupo desfiló en el salón de reuniones acompañado por el sonido del tambor africano y la flauta.

"Como jóvenes cristianos nos sentimos llamados a servir al Consejo y a esta Asamblea, del mismo modo que Jesús sirvió", expresaron los ujieres en su mensaje.

"Hemos sido llamados a ser el cuerpo de Cristo. Debemos sobrepasar las fronteras de nuestras culturas y tradiciones. Tenemos la posibilidad de aprender juntos, soñar y compartir un futuro ecuménico brillante", añadieron.

El programa de "stewards" o ujieres permite que jóvenes entre 18 y 30 años puedan colaborar en las Asambleas, así como en otros eventos organizados por el CMI. Los jóvenes congregados en Harare también celebraron una Pre - Asamblea, que constituyó un espacio para la discusión, debate y análisis de los desafíos que enfrentan la juventud en estos tiempos. En esta ocasión de la región del Caribe participan 11 jóvenes y 14 deAmérica Latina.

Como símbolo de su disposición al trabajo y al servicio, los jóvenes entregaron al Secretario General Konrad Raiser, en representación de la Asamblea, tierra proveniente de diversas regiones.

"Queremos que esta tierra exprese nuestro compañerismo. Un sólo steward no puede hacer el trabajo sólo", concluyeron.

Los jóvenes también invitaron a la Asamblea a cantar y danzar con ellos un canto que los identificó durante la Pre Asamblea, el mua- mua, procedente de Zimbabwe es una apelación a la alegría, al júbilo y el abrazo cristiano en el nombre de Dios.

Por su parte, Nélida Ritchie, Pastora de la Iglesia Evangélica Metodista de Argentina y una de las moderadoras de la Asamblea reconoció el trabajo realizado por los jóvenes, para facilitar el evento y calificó la ocasión como un "encuentro de generaciones".

El tema de la participación juvenil en las estructuras del Consejo Mundial de Iglesias, ha sido mencionado con frecuencia, de modo especial por parte de la Pastora Anna Ljung, de la Iglesia del Pacto Sueca, quien en la primera sesión deliberativa y en respuesta al informe del Moderador hizo un llamado a la necesidad de formular los lineamientos de trabajo para la juventud. En su apelación la Rev. Ljung puso gran énfasis en la importancia de decidir cuándo se hablará de la situación de los jóvenes en el CMI.

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