consejo mundial de iglesias

octava asamblea y 50 aniversario
material preparatorio

Preparación del Padare:
Indicadores para una jornada en común

La Octava Asamblea del Consejo Mundial de Iglesias será una de las reuniones de cristianos más representativa que se haya nunca celebrado, con representantes de organizaciones y grupos ecuménicos, delegados de las iglesias miembros, observadores y visitantes de todo el mundo. Los cinco días del Padare -lugar de reunión para reflexionar juntos siguiendo la tradición shona de Zimbabwe - darán oportunidades de participación mucho mayores que cualquier otra asamblea anterior del CMI. El Padare será un espacio único en el que podremos sentir, celebrar y sustentar la comunidad que se ha ido conformando y consolidando en el Movimiento Ecuménico.

A pesar del desconcierto que puedan sentir los participantes ante la cantidad de actividades, no cabe duda de que se sentirán enriquecidos por el encuentro de tantas formas y expresiones diferentes de la fe cristiana, que han ido tomando forma a lo largo del camino que han recorrido las comunidades cristianas a través de la historia. El Padare será una oportunidad para comprender la manera en que el Espíritu ayuda a la comunidad de fe a trascender los horizontes individuales. Los lazos en esta comunidad no son de origen étnico, nacional o cultural ni están dictados por la raza, el género, la clase, sino que son los lazos de quienes están llamados por Jesucristo y bautizados en su muerte y resurrección por el Espíritu Santo. Y nos sentiremos interpelados por la diversidad de contribuciones. Para muchos, se tratará de una experiencia diferente en la que compartirán el mismo espacio con personas que no conocen y que representan contextos culturales, experiencias y realidades muy diferentes de las suyas. Algunos podrán sentirse tentados a tratar de dominar y controlar el espacio (para sentirse más "en casa"); otros tomarán distancia, condenando, quizás, a los que no son "como nosotros". En cualquiera de estos dos casos, se perderá la oportunidad de entablar un diálogo en el que sea posible explorar y poner a prueba las opiniones, las prácticas y las convicciones unos de otros.

Es importante que todos los que deseen participar en el Padare estén preparados para esa reunión de cristianos con convicciones que pueden ser divergentes y, a veces, opuestas a las suyas. Este espacio de diálogo y de debate, previsto en el Padare, requiere una actitud de humildad y respeto para con los otros, que puede definirse mejor quizás diciendo que se trata de una disposición a emprender una jornada de fe en común. La Octava Asamblea será otro lugar de reunión y un alto en la peregrinación ecuménica que comenzó cuando Jesús atravesó las fronteras de las comunidades judías y continuó cuando los apóstoles se vieron obligados a cambiar sus opiniones fundamentales atendiendo al llamamiento del Espíritu Santo a los pueblos de todas las naciones a formar la comunidad de la Iglesia (Gá. 2:11-14; Hch 10, 11, 15). Confiando en la orientación del Espíritu, pudieron dar un nombre y hacer frente a lo que los separaba. Con la profunda pasión que les inspiraba la fe en Cristo, se interpelaron unos a otros, sin evitar la confrontación, para poder discernir lo que tenían que hacer y a dónde tenían que ir. Sin embargo, ellos no hostigaron, ni persiguieron, ni oprimieron a los otros.

Inspirándonos en el testimonio bíblico (en particular la narración acerca del primer concilio de los apóstoles del que se da cuenta en Hechos 15) y en la larga experiencia de diálogo y de encuentro en las conferencias ecuménicas y en las anteriores asambleas del CMI, es posible identificar un cierto número de indicadores básicos para la jornada en común de los cristianos, las iglesias y los grupos ecuménicos. Estos indicadores pueden ser útiles para los participantes en su preparación para el Padare:

Al interpelarnos unos a otros, debemos


Al vivir nuevas oportunidades juntos, debemos

Al aceptar las obligaciones que conlleva el estar juntos, debemos

Como los participantes pueden considerar, a veces, que atravesar las fronteras culturales, confesionales y lingüísticas - esencial en el Padare - es más perturbador que enriquecedor, el Comité Ejecutivo ha propuesto la formación de un Grupo Asesor del Padare, integrado por delegados en la Asamblea y otros participantes. Las obligaciones y responsabilidades del Grupo Asesor del Padare son:



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