octava asamblea y 50 aniversario
Juntos en Camino
1.8. Otros acontecimientos de la asamblea

Del 27 al 30 de noviembre se celebró la culminación del Decenio Ecuménico de Solidaridad de las Iglesias con las Mujeres. En este evento participaron 1100 mujeres y 30 hombres de iglesias de todo el mundo. La reunión se desarrolló en la Escuela del Profesorado, en Belvedere, Harare. Se trataron temas duros, como la opresión, discriminación y violencia que sufren las mujeres en el mundo, incluyendo las iglesias. Las mujeres compartieron su testimonio y el agua, como símbolo de las lágrimas compartidas ante tanto dolor, resultó el elemento central de estas presentaciones y también de la vida litúrgica del encuentro.

Estuvo presente en esta reunión la teólogo coreana Chung Hyun Kyung, cuya ponencia provocara un debate agitado en la Séptima Asamblea, en Canberra. Ella guió un acto de curación según la tradición Shaman de su país. Las participantes cantaron y danzaron al ritmo de los tambores, como símbolo de fraternidad y restauración. El encuentro dió a conocer una declaración ante la asamblea durante la sesión plenaria dedicada al decenio. Durante esa sesión, mujeres y hombres dieron testimonio de sus experiencias durante el decenio y la influencia que la misma tuvo en la vida de sus comunidades e iglesias. Como parte del decenio, el CMI organizó visitas de grupos de mujeres y hombres a iglesias de distintos países, que se denominaron "Cartas Vivas". Las experiencias de estas visitas han sido recogidas en una publicación de gran utilidad para continuar profundizando la solidaridad de las iglesias con las mujeres.

Los jóvenes celebraron su pre-asamblea en esta oportunidad con la presencia de unos 400 jóvenes de iglesias de todo el mundo, de entre 18 y 30 años de edad. Varios de ellos eran delegados oficiales a la asamblea y otros visitas o ujieres. La reunión tuvo lugar entre el 28 de noviembre y el 1 de diciembre en el predio de la Universidad de Zimbabwe.

En la reunión estuvo presente Priyanka Mendis, quien fue electa co-presidenta joven del CMI por la asamblea de Canberra. En esta oportunidad, los jóvenes también abogaron porque uno de los ocho co-presidentes fuera una persona joven. Al finalizar la reunión, dieron a conocer una declaración en la que instaron al CMI a alentar programas que respondan a los intereses específicos de los jóvenes en el campo ecuménico y a incluir a los jóvenes en el tratamiento de los temas de trabajo del CMI.

El contacto con las iglesias y la cultura africanas durante la asamblea fueron interesantes. El sábado 5 se llevó a cabo un culto unido en el estadio Rufaro, en Harare, con la presencia de delegaciones de las iglesias cristianas en esta ciudad. El maestro de ceremonias fue el Rev. Jonathan Siyachitema y participaron en esta ceremonia el coro "Voces de Angeles", de Bostwana, la banda de bronces "Cristianos en Marcha" y el grupo Jekenisheni, africano tradicional, con sus tambores y silbatos. La danza y el colorido de los trajes dieron un marco especial a toda la celebración.

El mensaje estuvo a cargo del obispo católico Rev. Paride Taban, de la diócesis de Torit, Sudán. En su sermón, el obispo presentó con toda crudeza las consecuencias de la guerra en Sudán, que ya lleva varias décadas, y pidió a las iglesias y a la comunidad internacional que "detengan la masacre en Sudán". El obispo señaló que su pueblo piensa que ya nadie se acuerda de su sufrimiento y se siente abandonado, solo y asustado. "¿Acaso alguien se preocupa por nosotros?", preguntó el Rev. Paride, para destacar que su gente le había pedido que intercediera por ellos, que fuera su voz e hiciera todo lo posible para detener la muerte y el sufrimiento.

A los pocos días hubo un bombardeo en el sur de Sudán, que ocasionó la muerte de seis personas, heridas graves a otras catorce, y dañó la catedral y la escuela donde ejerce su ministerio el obispo Paride. El CMI envió de inmediato una nota de protesta al gobierno sudanés diciendo que "de acuerdo con los informes que hemos recibido el ataque fue en represalia por el sermón que predicó el obispo Paride, en el estadio aquí en Harare, por invitación especial del Consejo Mundial de Iglesias". El CMI urgió al gobierno de Sudán a tomar las medidas necesarias por la absoluta seguridad personal del obispo e identificar y llevar ante los tribunales a los responsables de tan terrible ataque.

Luego de la sesión plenaria sobre Africa, los participantes tuvieron oportunidad de asistir a una velada cultural en la cual participaron coros, grupos de danzas, conjuntos musicales y recitadores de Zimbabwe, Tanzania, Lesotho, Namibia y Sudáfrica. Uno de los coros, de 31 voces, viajó durante cuatro días desde Tanzania para llegar a Harare. El viaje incluyó 36 horas en ferry.

El padare se desarrolló durante cinco días e incluyó la presentación de unos 500 grupos y organizaciones que presentaron sus temas de acuerdo con seis grupos temáticos: Justicia y Paz, Unidad y Espiritualidad, Avanzar Juntos, Educación y Aprendizaje, Misión y Testimonio y Solidaridad. Las sesiones del padare se llevaron a cabo en diversas aulas y auditorios de la universidad y también hubo carpas y puestos donde distintas organizaciones ofrecían información sobre su tarea. Si bien la intención del padare fue la de brindar un espacio de diálogo fuera del ámbito de la asamblea y se esperaba atraer la asistencia de delegados y visitantes, la extensión del predio universitario, el mal tiempo, y la superposición de horarios y la oferta demasiado grande y dispersa conspiró contra el éxito de la propuesta. Un buen número de los talleres y reuniones tuvieron buena asistencia, pero otros directamente debieron ser suspendidos por falta de público. En general, tuvieron buena respuesta los padares referidos al tema de la unidad y el testimonio, y los que trataban la temática de la sexualidad humana, unas 12 sesiones, durante las cuales se hicieron oir las voces de organizaciones gay y lesbianas en favor de sus derechos. Dentro del padare también se celebraron 20 foros, que en general contaron con audiencias de más de 100 personas. Los más concurridos fueron los que debatieron temas como globalización, derechos humanos, deuda externa, racismo, violencia, unidad y diálogo ecuménico, que convocaron en algunos casos a más de 250 personas cada uno. Muchos de los padares respetaron la modalidad participativa esperada. Otros, fueron simplemente paneles con largas exposiciones, sin lugar al debate. El programa del padare no era parte del programa oficial de la asamblea, pero no obstante, muchas de las propuestas allí escuchadas fueron tomadas por el Comité de Orientación Programática en su informe a la asamblea, donde se establecieron pautas para el trabajo del CMI en el próximo período.

Durante la asamblea, se desarrolló un programa para las visitas que incluyó seguir por circuito cerrado de televisión algunas de las principales sesiones plenarias, además de talleres, conferencias y participación en el padare. Las visitas también tenían la posibilidad de participar en todos los cultos, las visitas a las iglesias locales y los actos públicos. También como programa paralelo a la asamblea se llevó a cabo un Taller de Teología para jóvenes pastores, sacerdotes y estudiantes de teología de Africa y otras partes del mundo. Los participantes en este taller también pudieron asistir a algunas de las principales sesiones plenarias y contaron con seis áreas temáticas de trabajo a cargo de profesores de teología y personalidades del mundo ecuménico.

La celebración del Jubileo del Consejo Mundial de Iglesias ocupó un espacio especial, que incluyó un acto en el salón plenario sobre "Peregrinación hacia el Jubileo" y el Culto de Renovación del Compromiso del cual ya hablamos en un apartado anterior. El acto fue conducido por Pauline Webb, conocida comunicadora radial de la BBC, ya jubilada, quien fue la primer mujer vice-moderadora del Comité Central. Su elección se produjo en la Cuarto Asamblea de Upsala, en 1968. Con su habitual buen humor y profesionalismo, esta maestra de ceremonias guió a las más de 4 mil personas que participaron del acto, a través de la historia del CMI, que fue presentado en una excelente compaginación en video, que incluyó viejas fotografías y películas, además de videograbaciones más recientes. Como parte del acto, el Rev. Philip Potter, secretario general del CMI hasta 1984, dirigió la palabra a la concurrencia en una emocionada reflexión.

Pero el momento cúlmine de la celebración se vivió cuando entró al enorme salón el presidente Nelson Mandela, de Sudáfrica, junto al presidente Robert Mugabe, de Zimbabwe, y una numerosa custodia. Mandela entró dándole la mano a su paso a muchos de los participantes que se la extendieron a pesar de la rigurosa custodia presidencial. Tras él entró el coro Imilonji KaNtu Choral Society, que viste un uniforme con los colores de la bandera sudafricana y que entonó varios himnos tradicionales africanos. Mandela rindió tributo al CMI señalando que el CMI es conocido en Africa como "el gran defensor de los oprimidos y los explotados". Agregó que "hemos venido a celebrar 50 años de logros para activar la conciencia del mundo hacia la paz, y en nombre de los pobres, los excluídos y desposeídos".


1.9: El debate interno

Indice: Octava Asamblea y 50 aniversario



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