consejo mundial de iglesias

Octava Aasamblea
Reunión de información y debate sobre la Secretaría General

Orden del día anotado


La reunión de información y debate sobre la secretaría general se centra en los sectores de actividad que ayudan al secretario general a velar por que "las actividades del CMI se lleven a cabo con espíritu de colaboración y de forma integrada y coherente": el Instituto Ecuménico de Bossey y las oficinas de Relaciones con las Iglesias y la Comunidad Ecuménica, de Relaciones Interreligiosas, de Comunicación y de Finanzas y Administración (incluida la Oficina de Coordinación y Movilización de Fondos). Siendo tres sesiones un tiempo muy corto para examinar y evaluar las actividades de estas oficinas, se insta a los participantes a leer cuidadosamente las secciones pertinentes del informe De Canberra a Harare y de la presente Guía de Trabajo.

"La prueba de fuego de toda la labor del CMI es su pertinencia para sus iglesias miembros en todo el mundo. ¿Responde su labor a las necesidades de las iglesias? ¿Está en consonancia con las expectativas de esas iglesias? Y por encima de todo, ¿ayuda y estimula a las iglesias a que tomen en serio su vocación reconocida por todas de trabajar juntas en pro de la unidad de la Iglesia de Cristo y, si es necesario, las incita a hacerlo?" (De Canberra a Harare, p.1). Este es el hilo conductor que corre a lo largo de la labor presentada en esta serie de sesiones y es la varilla con la que se medirán las actividades, las reuniones y los programas realizados durante los siete últimos años. Al leer el material y al escuchar las presentaciones, los participantes se plantearán estas tres preguntas fundamentales: 1) ¿Cuál era el mandato para este sector de trabajo en este período? 2) ¿De qué estructuras y recursos dispuso el CMI para realizar este trabajo? 3) ¿Cuáles son los puntos fuertes y débiles del trabajo realizado que pueden indicar rumbos para la labor futura?




Moderador: Obispo Dr. Zacharias Mar Theophilus, Iglesia Siria Mar Thoma de Malabar, India;
Vicemoderadora, Sra. Beatrice Odonkor, Iglesia Presbiteriana de Ghana.


Primera sesión
  1. Bienvenida y presentaciones: Zacharias Mar Theophilus.
  2. Introducción a la reunión de información y debate: Beatriz Odonkor.
  3. Reseña general de la labor de las oficinas de la Secretaría General, Rev. Robert Welsh.
  4. Reseña de la labor del Instituto Ecuménico de Bossey, por Robert Welsh y dos estudiantes de la Escuela Superior de Estudios Ecuménicos, seguida de preguntas y debate en relación con la importancia para las iglesias miembros del CMI y las organizaciones ecuménicas de la formación de una nueva generación de dirigentes ecuménicos; también se debatirá hasta qué punto los programas del Instituto Ecuménico pueden ayudar a las iglesias en la formación de laicos, pastores y sacerdotes.
Segunda sesión
  1. Aspectos destacados de la labor de la Oficina de Relaciones con las Iglesias y la Comunidad Ecuménica, por el Prof. Dr. Reinhard Frieling, presentación que concluirá con una referencia específica a las cuestiones que se mencionan en las páginas 10 y 11 de la Guía de Trabajo de la Asamblea. A continuación, los miembros del Comité de Orientación Programática harán preguntas relacionadas con la introducción y el informe que contiene la Guía de Trabajo de la Asamblea. Seguidamente, el moderador abrirá el debate, cediendo la palabra a los asistentes.
  2. Breve presentación por el Obispo Biörn Fjärstedt de la labor de la Oficina de Relaciones Interreligiosas, seguida de preguntas y debate, centrándose en particular en la importancia de esta labor para las iglesias miembros del CMI y las organizaciones ecuménicas, con la participación de los invitados de otras religiones presentes en la Asamblea.
Tercera sesión
  1. Breve presentación por Mike Wooldridge de la labor de la Oficina de Comunicación, seguida de preguntas y debate, centrándose en particular en la importancia de la labor de la comunicación ecuménica para las iglesias miembros del CMI y las organizaciones ecuménicas.
  2. Breve presentación de la situación financiera del Consejo Mundial de Iglesias por Birgitta Rantakari así como de los planes para la movilización de ingresos por el Rev. Dr. J. Oscar McCloud.
  3. Debate final coordinado por el subgrupo del Comité de Orientación Programática.



Oficina de Relaciones con las Iglesias y la Comunidad Ecuménica

El mandato de la Oficina de Relaciones con las Iglesias y la Comunidad Ecuménica (ORICE), aprobado por el Comité Central en 1991, es el siguiente:

a. Ayudar al secretario general y a las unidades de trabajo del Consejo a desarrollar, coordinar y acompañar las relaciones con las iglesias miembros en cooperación con los grupos de trabajo y las secretarías regionales;
b. Facilitar la labor del Grupo Mixto de Trabajo y fomentar las relaciones con la Iglesia Católica Romana;
c. Promover y mantener relaciones con las organizaciones ecuménicas regionales, los consejos nacionales de iglesias y las Comuniones Cristianas Mundiales en consulta y cooperación con otras oficinas del CMI;
d. Entablar relaciones con otras organizaciones ecuménicas como la FUMEC, las ACJ, las ACF, etc., y acompañar y coordinar esas relaciones;
e. Promover las relaciones con las iglesias que no son miembros del CMI;
f. Entablar y fortalecer las relaciones con los evangélicos libres y sus organizaciones y con los movimientos carismáticos;
g. Asesorar al secretario general sobre las medidas a tomar de carácter regional/ pastoral en relación con las iglesias miembros y los consejos afiliados, y coordinar la aplicación de tales medidas cuando proceda;
h. Facilitar la coordinación y la cooperación internas con los grupos de trabajo regionales y los grupos de trabajo sobre cuestiones específicas: viajes, cuestiones ortodoxas, relaciones con la Iglesia Católica Romana, relaciones con los evangélicos libres , etc.

Breve reseña de las actividades
Construcción de la comunidad
La calidad de la comunidad del CMI que se expresa en las relaciones con y entre las iglesias miembros es una preocupación y la razón de ser de la Oficina. Es también su más difícil tarea, dado el número de iglesias miembros y la gran diversidad de situaciones locales.

Iglesias miembros. La Oficina pudo enriquecer y estrechar las relaciones con las iglesias miembros organizando (por propia iniciativa o cooperación con otras oficinas) visitas de miembros del personal, de equipos ecuménicos, así como recibiendo delegaciones de iglesias que visitaban el CMI y respondiendo a invitaciones. La Oficina puso particular empeño en expresar solidaridad a las iglesias que pasaban por situaciones de conflicto. Por otra parte, prestó especial atención a dos sectores de la comunidad ecuménica: las iglesias ortodoxas, en el marco del mandato confiado a uno de los dos secretarios ejecutivos ortodoxos en Ginebra, y las iglesias miembros de los Estados Unidos de América por intermedio de la Oficina del CMI en aquél país.

Ecumenismo local. En algunos casos la Oficina contribuyó a promover las relaciones entre iglesias en una situación local ( por ejemplo, Rumania, Bulgaria, República Democrática del Congo).

Responsables de relaciones ecuménicas. Se dio un primer paso para formar una red de responsables de relaciones ecuménicas en las iglesias miembros. Se organizaron dos reuniones con esos responsables y se inició con ellos un proceso de reflexión en común sobre formas de colaboración.

Nuevas iglesias miembros. Desde que se estableció la Oficina, se encargó de tramitar las solicitudes de admisión. Durante este período se recibieron 13 iglesias como miembros del CMI, dos miembros asociados pasaron a ser iglesias miembros de pleno derecho y una iglesia unida sucedió a una de sus iglesias constitutivas en la calidad de miembro.

Lo que significa ser miembros. El Comité Central revisó los criterios de admisión como miembro y aprobó los cambios propuestos en el Reglamento. La ORICE contribuyó a establecer un documento normativo sobre el significado de la calidad de miembro, que fue recibido por el Comité Central.

La Iglesia Católica Romana
Fuera del círculo de las iglesias miembros, la ICR es en cierto sentido el interlocutor más inmediato del CMI. Desde el principio, las relaciones con la ICR han sido una importante responsabilidad y preocupación de la ORICE.

Grupo Mixto de Trabajo (GMT). La Oficina se hizo cargo de la secretaría conjunta en nombre del CMI. El GMT ha servido como lugar para intensos debates y reflexiones sobre cuestiones de interés común, estimulados por importantes documentos de una y otra parte (por ejemplo, encíclicas papales, Directorio sobre Ecumenismo, el documento EVC Entendimiento y Visión Comunes). Se terminaron tres documentos de estudio sobre "Formación ecuménica", "Testimonio común y proselitismo" y "Diálogo ecuménico sobre cuestiones morales". Un importante tema de debate y cooperación fue la preparación de las celebraciones del año 2000.

Relaciones a nivel local. Pese a los esfuerzos del GMT, las posibilidades de influir sobre las relaciones ecuménicas locales siguen siendo limitadas. La creciente participación de la ICR en los consejos nacionales de iglesias y en las organizaciones ecuménicas regionales es una novedad que requiere un estudio cuidadoso.

Consejos de iglesias
Casi todas las iglesias miembros del CMI son también miembros de los consejos nacionales de iglesias (CNI) y de las organizaciones ecuménicas regionales (OER). La Oficina ha considerado que uno de sus principales cometidos es promover la reflexión sobre las interrelaciones de los CNI, las OER y el CMI y sus respectivos papeles dentro del único del Movimiento Ecuménico.

Consejos nacionales de iglesias/consejos nacionales cristianos. La ORICE participó activamente en la planificación, la ejecución y el seguimiento de la Tercera Consulta Internacional de los CNI, en febrero de 1993, en Hong Kong. El lugar y el papel de los CNI en el Movimiento Ecuménico fue el tema de una sesión plenaria del Comité Central, en 1994, sobre el ecumenismo a nivel local. Se organizaron regularmente reuniones de los representantes de los CNI que participan en el Comité Central. Se mantuvieron contactos con los CNI mediante envíos postales ocasionales y visitas cuando fue posible. Tres CNI fueron admitidos como consejos asociados del CMI.

Organizaciones ecuménicas regionales. Un grupo de secretarios generales de OER y la ORICE terminaron la redacción, en 1992, de un documento sobre "Principios orientadores para las relaciones y la cooperación entre las OER y el CMI", que fue aprobado por el Comité Central. Desde 1992, la Oficina participó en las reuniones anuales del grupo de secretarios generales de las OER, y, desde 1994, ha proporcionado alguna asistencia administrativa. A petición del secretario general, la Oficina organizó una serie de reuniones entre el CMI y cada una de las OER para analizar las relaciones y la cooperación de manera más específica en el contexto de la respectiva región. Este proceso dio lugar a la formación de pequeños "grupos mixtos de trabajo" con tres de las OER, con objeto de explorar nuevos modelos de cooperación; seguirán probablemente esfuerzos análogos con otras OER.

Nuevas tendencias. Dos hechos han influido en la naturaleza y la comprensión que de sí mismos tienen los consejos de iglesias en los últimos años: la creciente participación de la Iglesia Católica Romana en los planos nacional y regional y la búsqueda de nuevos modelos. Para estimular la reflexión a este respecto, la ORICE publicó documentos sobre "Tendencias principales en los CNI" y "Modelos de Consejos", que fueron ampliamente difundidos y debatidos.

Comuniones Cristianas Mundiales (CCM)
Históricamente el Consejo ha tenido una estrecha relación con algunos de los organismos confesionales mundiales, mientras que con otros los contactos han sido menos frecuentes. También a este respeto la ORICE ha considerado que su cometido principal es el de estimular la reflexión en común y facilitar nuevas formas de relaciones.

Conferencia anual de las CCM. La Oficina ha coordinado la participación del CMI en las reuniones anuales de los secretarios generales de las CCM. Entre otros temas, se debatió la cuestión de la aportación de las CCM a la determinación de las orientaciones del CMI, lo que requiere un examen más a fondo en el contexto del proceso de Entendimiento y Visión Comunes.

El año 2000. Nadie había previsto que este fuera un tema en el orden del día de la ORICE. Surgió principalmente de las relaciones con la ICR y con las CCM. La Oficina propició contactos y debates y organizó dos reuniones oficiosas con las CCM y otros interlocutores ecuménicos para ofrecer un espacio de consulta ecuménica con una amplia gama de interlocutores.

Otras organizaciones ecuménicas
La Oficina ha mantenido constantes relaciones con varios organismos ecuménicos internacionales. Como parte de la revisión de los criterios para la admisión de miembros, se redactó y aprobó un nuevo artículo del Reglamento sobre las organizaciones ecuménicas internacionales que ofrece a estas entidades la posibilidad de ser oficialmente reconocidas como organizaciones que mantienen relaciones de trabajo con el CMI.

Iglesias evangélicas libres, pentecostales e independientes
La primera reunión del Grupo Asesor (1992) dio una cierta prioridad al desarrollo de relaciones con iglesias y organizaciones pertenecientes a las tradiciones evangélica libre y pentecostal. La Oficina tomó varias iniciativas y facilitó contactos con ese mundo evangélico en nombre del CMI.

Consultas. En varias regiones se realizaron consultas que reunieron a participantes de iglesias evangélicas libres, pentecostales o independientes no pertenecientes al CMI con representantes de las iglesias miembros del CMI.

Diálogo ortodoxo-evangélico. A petición de un pequeño grupo de miembros del Comité Central, la Oficina se encargó de organizar dos consultas entre representantes de iglesias ortodoxas y evangélicas libres miembros del Consejo.

Otros contactos. Se efectuaron visitas a iglesias evangélicas libres y pentecostales y a las iglesias de la Santidad (Holiness Churches) en varios países, como parte del esfuerzo general para ensanchar el círculo de relaciones. Las relaciones actuales con organizaciones evangélicas libres internacionales se reforzaron mediante visitas, contactos regulares y representación en las reuniones importantes.

Grupo mixto de trabajo. Se llegó a un acuerdo con los representantes de las comunidades pentecostales para constituir un grupo mixto de trabajo del CMI y las iglesias pentecostales en el período siguiente a la Asamblea.

Coordinación y cooperación interna
Desde la constitución de la ORICE, después de la reestructuración de 1991, la coordinación y la cooperación con otras unidades y oficinas del CMI y demás grupos de trabajo del personal han sido una prioridad para la Oficina. Se mantuvieron reuniones con las unidades y con algunos de esos grupos para formular un entendimiento común de las tareas y las formas de consulta. En la práctica cotidiana del trabajo ha habido muchos ejemplos de colaboración efectiva (por ejemplo, en visitas en equipo, reuniones, consultas), pero también ha habido fracasos.

Servicio de visitantes
La recepción de grupos, delegaciones y personas que visitaban el CMI y el Centro Ecuménico dejó en el pasado mucho que desear. Se pidió a la Oficina que se encargase de este aspecto de las relaciones del Consejo. No se encontró una solución satisfactoria hasta que fue posible, en 1996, nombrar a una persona con este cometido principal y establecer un Servicio de Visitantes. Para el trabajo de la Oficina, las visitas de delegaciones de iglesias miembros e iglesias no miembros son importantes. Su número va en aumento, y brindan oportunidades útiles para dar a conocer las actividades del CMI y establecer contactos.

Publicaciones
La Oficina dedicó tiempo y recursos considerables para la publicación de informes de consultas y reuniones y escribir artículos sobre varios aspectos de su labor. Estos son prácticamente los únicos medios de dar a conocer sus actividades y comunicarse con los miembros del CMI. La Oficina de los Estados Unidos publica regularmente un boletín llamado Courier.

Entendimiento y Visión Comunes (EVC)
La ORICE participó activamente en el proceso del EVC. Contribuyó a la redacción del documento de trabajo y comunicó sus reflexiones sobre las consecuencias del EVC para la estructura interna del Consejo. Aún más importante es el hecho de que la labor de la ORICE se concibe cada vez más en el marco y en la perspectiva del EVC. Por ejemplo, la ORICE planteó la cuestión de si las OER y el CMI podían emprender juntos una reflexión fundamental sobre una nueva configuración de las estructuras ecuménicas regionales y mundiales. Hizo hincapié en la cuestión de la participación de las CCM en los procesos de formulación de las orientaciones del CMI. El intercambio de informaciones y los debates en el GMT contribuyeron a preparar el camino para la respuesta del Pontificio Consejo para la Unidad de los Cristianos al documento EVC.

Elementos de una evaluación
Por lo que respecta al mandato
En conjunto, parece justificado decir que la ORICE cumplió el mandato que se le había fijado. Sin embargo, es necesario señalar algunos puntos débiles.

Relaciones con las iglesias miembros. El objetivo de acompañar y documentar las relaciones con cada iglesia miembro (su participación en las actividades del CMI, las visitas, su representación en órganos rectores, etc.) no pudo concretarse. Este esfuerzo habría permitido identificar a los miembros "pasivos" y olvidados de la comunidad y organizar visitas deliberadas para integrarlos más. Sólo en unos pocos casos se llevó a cabo ese tipo de visitas ( por ejemplo, a Malasia y la República Democrática del Congo).

Como el papel de la ORICE es ayudar al secretario general y a todo el Consejo a mantener y cultivar las relaciones con sus miembros, las visitas del secretario general a las iglesias miembros y programas como las visitas de equipos del Decenio Ecuménico de Solidaridad de las Iglesias con las Mujeres constituyen importantes oportunidades para la realización de esta tarea. Aunque participó en algunas de estas visitas, la contribución de la Oficina podría haber sido más importante.

La Oficina cumplió sólo parcialmente su cometido de ocuparse de las iglesias que se debatían con problemas internos, vivían en situaciones de conflicto sociopolítico o tenían dificultades para seguir formando parte de la comunidad ecuménica. Algunas acciones emprendidas no se concluyeron. Aunque sería fácil encontrar razones para estas lagunas (por ejemplo, falta de tiempo y recursos), se trata básicamente de una cuestión de prioridades.

Es probable que la ORICE no haya captado plenamente la profundidad de los sentimientos antiecuménicos que se manifestaban en las iglesias ortodoxas, especialmente en Europa central y oriental, y la necesidad de dedicar mucho más tiempo y recursos a asistir y acompañar a esas iglesias. La Oficina no estaba sola en esta tarea, pero esto no es una excusa.

Coordinación interna. El problema más difícil para la ORICE era evitar convertirse en una oficina más, yuxtapuesta a las estructuras existentes, con su propio programa de acción. Sin embargo, esto fue lo que ocurrió, a causa, sobre todo, de la distinción persistente entre relacionesprogramas y de la dificultad de actuar en nombre de los grupos de trabajo específicos del personal. La coordinación en el sentido de tomar iniciativas juntos y consultarse mutuamente era posible y de hecho tuvo lugar, pero una vez terminada la cooperación sobre cuestiones precisas, no había continuidad. Era difícil concebir enfoques y acciones integrados.

Consejos nacionales de iglesias. Pese a algunos esfuerzos, la ORICE no consiguió elaborar un método eficaz para ayudar a los CNI a reflexionar sobre su propia naturaleza y su lugar en el Movimiento Ecuménico. Un estudio proyectado sobre las consecuencias de la participación católica romana en los CNI no llegó a realizarse, y el debate sobre ecumenismo local en el Comité Central en 1994 no se llevó a término. Debería haberse hecho más para contribuir a formar nuevos CNI (por ejemplo en Rumania y Lituania).

Por lo que respecta al documento EVC
Es esencial discernir las consecuencias del estudio sobre el EVC para la labor de relaciones del CMI con las iglesias miembros y la comunidad ecuménica.

Construcción de la comunidad ecuménica Al reflexionar sobre su finalidad básica, la ORICE concluyó que su cometido podría compararse a una labor de construcción de la comunidad ecuménica. Se entiende aquí por comunidad ecuménica tanto la comunidad de iglesias miembros como el círculo más amplio de grupos ecuménicos, consejos, iglesias no miembros, etc. Al hablar de "construcción" se reconoce que la "memoria ecuménica" no es ya una fuerza motivadora para muchos fieles de las iglesias. El documento EVC, que aparece al cumplirse el cincuentenario del CMI, permite situar esta observación en el contexto más amplio de las transformaciones fundamentales que tienen lugar en el movimiento y en sus instituciones. La construcción de la comunidad ecuménica es un imperativo que podría ser central en la futura labor de relaciones del CMI.

Relaciones entre iglesias miembros. El EVC afirma que la esencia de la comunidad del CMI son las relaciones entre las iglesias. La ORICE no ha sido capaz de desarrollar métodos para realzar la calidad de la comunidad en este sentido. Desde luego, métodos puramente "relacionales" pueden hacer poco al respecto, ya que las iglesias se relacionan entre sí cuando y donde participan en acciones comunes. Esto significa que es necesario asociar más estrechamente esos dos ámbitos de la labor del CMI, relaciones y programas, para que las iglesias puedan dar contenido a sus relaciones y a su pertenencia a la comunidad del CMI.

Un examen crítico de las relaciones actuales entre las iglesias miembros nos obligaría probablemente a reconocer el carácter predominantemente confesional de esos vínculos. Se vería también que los objetivos se definen sobre todo en función de la asistencia mutua, el intercambio y el compartir.

Integración de relaciones y programas. En el marco de sus relaciones y de sus actividades "centradas en la comunidad ecuménica", el CMI deberá hacer frente, en el futuro, a una difícil tarea: vincularlas sólidamente, desde el principio, con las actividades de su programa "centradas en cuestiones específicas". Análogamente, la labor programática deberá ser mucho más deliberadamente relacional.

Durante los últimos años, la Oficina de los Estados Unidos ha desarrollado un modelo de trabajo que establece un vínculo más estrecho entre las relaciones con la comunidad ecuménica y la promoción de los programas del CMI. Mediante la tercera dimensión de esta labor, la comunicación, se aspira a favorecer las relaciones y la participación en los programas con y entre las iglesias miembros. Este modelo parece funcionar bien en un contexto con límites geográficos y comunitarios reconocibles, y podría servir para definir un futuro modelo de trabajo en el ámbito de las relaciones regionales.

Mirando al futuro
1. Dos de los principales objetivos de la futura labor centrada en la comunidad ecuménica deberían ser:

  • Ayudar a las iglesias miembros a establecer relaciones entre sí por encima de las barreras confesionales (y culturales); por ejemplo, iglesias de origen misionero e iglesias independientes en África; iglesias ortodoxas y protestantes en Europa.
  • Concebir modelos y mecanismos para que las iglesias miembros se den cuenta recíprocamente de sus actividades, según el espíritu de la declaración normativa del EVC sobre lo que implica la condición de miembro (párr. 3.7).

2. En el marco del programa futuro del GMT, la Oficina
  • Los consejos locales, nacionales y regionales de iglesias en los que la Iglesia Católica es miembro de pleno derecho; las consecuencias prácticas y eclesiológicas de la condición de miembro de los consejos de iglesias; el papel instrumental de los consejos de iglesias en el crecimiento de la koinonía.
  • La posición de los evangélicos libres, carismáticos y pentecostales sobre el Movimiento Ecuménico y sus estructuras actuales; el diálogo con esas iglesias.

3. La Oficina debería contribuir al diálogo con las iglesias miembros ortodoxas, especialmente respecto a las siguientes cuestiones que preocupan a los ortodoxos:
  • ¿Por qué sienten los ortodoxos que no se ha prestado o no se presta oído a sus preocupaciones? ¿Por qué han sentido los ortodoxos la necesidad de volver a la práctica de "declaraciones separadas", pese al hecho de que se hayan organizado consultas ortodoxas preparatorias antes de cada reunión ecuménica importante?
  • Si las preocupaciones de los ortodoxos han sido reconocidas por el personal dirigente y los secretarios ejecutivos del CMI, ¿por qué tales cuestiones no se han reflejado de forma clara y visible en las actividades del Consejo en su conjunto?
  • ¿Qué significa el hecho de que muchas de las preocupaciones expresadas por los ortodoxos, y etiquetadas en consecuencia como "ortodoxas", son de hecho compartidas por muchos otros miembros de la comunidad?

4. El diálogo con las iglesias y los medios evangélicos libres, pentecostales e independientes debería tender a encontrar modelos de relaciones que faciliten una mayor interacción y participación conjunta en asuntos de interés común.

5. Una cuestión importante en el futuro programa de trabajo es la de las relaciones regionales, en particular la búsqueda de nuevas formas de tomar decisiones en común y cooperar entre el CMI y las OER.

6. Para proseguir el proceso del EVC, la Oficina debería facilitar la consulta entre iglesias, organizaciones ecuménicas, familias confesionales y asociaciones ecuménicas respecto a la creación de un "Foro Ecuménico".

Oficina de Relaciones Interreligiosas

El mandato de la Oficina de Relaciones Interreligiosas (ORI), aprobado por el Comité Central en 1991, es el siguiente:

a. Promover las relaciones de las iglesias con personas de otras religiones y con otras comunidades de fe, y ayudar a las iglesias a entender el pluralismo religioso y sus consecuencias para su vida y su concepción de sí mismas;
b. Facilitar al CMI los medios que posibiliten sus relaciones con otras comunidades de fe y con las expresiones mundiales de las organizaciones religiosas e interreligiosas;
c. Colaborar con otras dependencias del CMI en el estudio de las dimensiones religiosas de los conflictos y organizar actividades en favor de la paz y la reconciliación;
d. Iniciar estudios de cuestiones interreligiosas: sociales, teológicas y políticas; y cuando proceda, participar en ellos junto con las unidades de trabajo pertinentes;
e. Prestar servicios y asesoramiento al secretario general en sus relaciones con otras comunidades de fe.

Principales actividades
Relaciones entre cristianos y musulmanes
Se realizaron tres programas. El primero consistió en una serie de seminarios de estudio que congregaron a cristianos y musulmanes para debatir sobre "Religión, Ley y Sociedad". Se trataron temas controvertidos como religión y modernidad, secularización, reavivamiento religioso, legitimidad política, fuentes del derecho, relaciones entre minorías y mayorías y derechos humanos. Desde 1995, se han redoblado los esfuerzos para establecer un Foro Cristiano-Musulmán sobre Derechos Humanos.

El segundo programa se inició con una consulta internacional cristiano-musulmana sobre la "cooperación interreligiosa y el mantenimiento de la paz en el contexto de las tensiones entre comunidades". Se organizaron dos seminarios sobre este tema.

El tercer programa reunió a instituciones o centros cristianos especializados en el estudio del Islam y de las relaciones entre cristianos y musulmanes, que compartieron sus experiencias y examinaron la posibilidad de colaboración con instituciones y centros musulmanes comparables. En agosto de 1997 tuvo lugar un coloquio académico sobre "Perspectivas recíprocas y evolución de las relaciones entre cristianos y musulmanes en los últimos treinta años".

Desde la perspectiva de su mandato y su responsabilidad específicos, la ORI colaboró con otros programas del CMI en los esfuerzos de promoción de la paz en varios países y regiones. Contribuyó asimismo al programa de educación cristiana en sociedades pluralistas.

Diálogo entre cristianos y judíos
El Comité Central aprobó en 1992 un documento titulado "Diálogo entre cristianos y judíos tras Canberra 1991" como base y documento normativo para un diálogo permanente entre cristianos y judíos, y lo envió a las iglesias miembros para examen y decisión. El documento apuesta por la continuidad en las relaciones y la apertura a la diversidad en cuanto a la participación de cristianos y judíos y a los temas a tratar, se pronuncia resueltamente contra el antisemitismo, relaciona el diálogo y la promoción de perspectivas políticas con un compromiso en favor de la justicia y la paz, como parte esencial del diálogo entre cristianos y judíos, y afirma que el diálogo puede ofrecer perspectivas espirituales para participar creativamente en las luchas del mundo.

Un diálogo entre cristianos chinos y judíos en Hong Kong, en noviembre de 1992, fue ocasión para promover las conversaciones entre cristianos y judíos en regiones del mundo distintas del Atlántico Norte, para que se produzca un encuentro productivo entre las percepciones teológicas y la experiencia de los cristianos y los judíos de diferentes partes del mundo.

En colaboración con el Programa de Teología y Culturas en Asia (PTCA), la Oficina organizó un diálogo entre cristianos y judíos en el contexto de las culturas y las religiones asiáticas, en Cochin, India meridional, en diciembre de 1993. Entre los temas debatidos cabe señalar el pueblo de Dios, las minorías, la fe judeocristiana en medio de otras expresiones religiosas y la imagen de Dios.

En 1995, el Comité Judío Internacional de Consultas Interreligiosas y la ORI copatrocinaron una consulta africana entre cristianos y judíos sobre "Familia, comunidad, tradición", como continuación de una reunión celebrada en Nairobi, en 1986.

El Oriente Medio es una importante región conflictiva donde es urgente que las personas religiosas colaboren. La ciudad de Jerusalén está en el centro de las preocupaciones religiosas de judíos, cristianos y musulmanes. En consonancia con el cometido de la ORI de cultivar las relaciones interreligiosas para construir la paz, se puso en marcha un proceso para hacer que la ORI, el Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso, la Comisión de la Santa Sede de Relaciones Religiosas con los Judíos y la Secretaría General de la Federación Luterana Mundial patrocinasen conjuntamente una serie de coloquios en torno a la significación de Jerusalén para judíos, cristianos y musulmanes. El primero, titulado "El significado espiritual de Jerusalén para los judíos, los cristianos y los musulmanes", tuvo lugar, en mayo de 1993 y el segundo en Tesalónica, Grecia, en agosto de 1996.

Relaciones entre cristianos e hindúes
Se organizaron dos talleres con el propósito de articular las cuestiones de las relaciones entre cristianos e hindúes en cooperación con el CNI de la India, en 1995, en Madura y, en 1997, en Varanasi.

Un equipo de visita interreligioso ayudó, en 1994, en Fiji, al grupo local de "Búsqueda Interreligiosa" a analizar los problemas planteados entre naturales de Fiji cristianos e indios, que en Fiji son principalmente hindúes o musulmanes.

Oración y culto interreligiosos
En 1994, la ORI y el Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso emprendieron una reflexión conjunta sobre la oración interreligiosa. El proyecto se inició con una encuesta sobre la práctica de la oración interreligiosa en las iglesias locales y en diferentes tradiciones. Esta encuesta terminó en 1995. Después se celebró una consulta en Bangalore, India, en l996, que congregó a un pequeño grupo de personas de diferentes tradiciones cristianas con experiencia en la oración inter-religiosa. Por último, un pequeño grupo de teólogos representantes de iglesias distintas y procedentes de diversas partes del mundo se reunió en Bose, Italia, en 1997, para examinar las bases teológicas de la oración interreligiosa. El proyecto concluyó con una publicación común.

Nuevos movimientos religiosos
La cuestión de los nuevos movimientos religiosos ha resultado difícil de tratar. ¿Es la relación con los nuevos movimientos religiosos una cuestión de diálogo interreligioso? ¿Es posible reunir a todos esos movimientos con miras al diálogo? ¿Dónde están los límites del diálogo?

Pluralismo religioso
La ORI y la Unidad II convocaron en 1993 una reunión en Baar, Suiza, a fin de determinar ámbitos para actividades complementarias en el marco de las Directrices para el Diálogo suscritas por el CMI en 1979. La consulta examinó atentamente cuestiones como testimonio, evangelización, bases teológicas para la cooperación con creyentes de otras religiones, pureza de la fe, celebración del culto con otros y participación en reuniones con creyentes de otras religiones.

Las cuestiones que plantean los encuentros cristianos con creyentes de otras religiones se consideraron también en una consulta de la ORI y la Unidad II en Bangalore, en octubre de 1995, sobre el tema "La búsqueda de una comunidad humana en un mundo de pluralismo religioso: ¿Qué significa para lo que la Iglesia es y hace?" La consulta pretendía investigar la correlación entre la búsqueda de comunidad en el mundo de hoy y el posible papel de la iglesia en una sociedad en transformación y en el contexto del pluralismo religioso, y definir a grandes rasgos una eclesiología y una misiología que tienen en cuenta ese pluralismo religioso.

Educación religiosa
Otro intento de cooperación interna sobre asuntos relativos a relaciones interreligiosas fue la colaboración de la ORI con el programa de educación cristiana de la Unidad II. En dos consultas (Delhi 1994 y Madrás 1995), copatrocinadas con la Unidad II y el CNI de la India, se plantearon preguntas (aunque no hubo respuestas satisfactorias ) sobre la forma en que la educación cristiana debe tener presente el pluralismo religioso. ¿Qué significa para la educación cristiana la existencia de otras religiones? Esta pregunta apunta a un nuevo ámbito de reflexión a largo plazo por lo que respecta a la interacción entre la educación cristiana y una sociedad multirreligiosa. Esta reflexión no debería limitarse a describir la situación, sino que debería llevar a repensar la comprensión que los cristianos tienen de sí mismos.

Oficina de Comunicación

El mandato de la Oficina de Comunicación, aprobado por el Comité Central en 1991, es el siguiente:

a. Dar a conocer y difundir la vida y el trabajo del CMI y del Movimiento Ecuménico entre el público en general y las iglesias miembros del CMI en particular;
b. Representar al CMI en sus relaciones con los medios de comunicación, lo que incluye preparar y distribuir comunicados de prensa, organizar conferencias y operaciones de prensa en las principales reuniones, responder a las preguntas de los representantes de la prensa o remitirlos a las instancias competentes, y organizar entrevistas de los periodistas visitantes con el personal del CMI;
c. Asesorar al secretario general sobre cuestiones de política relativas a la información pública y las publicaciones, y coordinar los boletines relacionados con los programas y todos los materiales emanados del CMI;
d. Actuar como editor del CMI, ocupándose como tal de lo siguiente : 1)preparar, producir y distribuir material impreso y audiovisual regulares u ocasionales a fin de dar a conocer el CMI y sus programas así como el Movimiento Ecuménico; 2) mantener contactos regulares con el personal de los programas para examinar los conceptos, los formatos y calendarios de los próximos proyectos de publicaciones; 3) colaborar con editores, productores y distribuidores externos en la tarea de dar a conocer y divulgar la labor del CMI y los materiales ecuménicos;
e. Mantener relaciones con las instituciones de comunicación vinculadas a las iglesias o de carácter ecuménico, prestando especial atención a las solicitudes concretas de ayuda para atender a las necesidades de comunicación que formulen las iglesias miembros del CMI;
f. Asesorar al personal de las unidades de trabajo del CMI en las cuestiones relacionadas con la comunicación, en particular los proyectos de comunicación, el conocimiento de los medios de prensa, y la comunicación en la formación teológica;
g. Prestar apoyo al personal de otras secciones del CMI en lo relativo a la comunicación de su labor;
h. Proporcionar los servicios lingüísticos que necesita el CMI y ayudar a sus unidades a apreciar el papel que desempeña el idioma en la comunicación y la educación interculturales, para responder mejor a las necesidades lingüísticas de sus miembros.

En agosto de 1992, el Comité Central aprobó una nueva Política de Comunicación del CMI, que define los principios generales orientadores del trabajo del CMI en la comunicación con los medios informativos. El documento recalca la necesidad de que los productos de comunicación del CMI estén concebidos en función de sus destinatarios; es decir, que sean atractivos, útiles y estén adaptados al público al que se dirigen. Se entiende que comunicar el CMI es dar a conocer: 1) la comunidad de iglesias, 2) el Movimiento Ecuménico, 3) la institución y su labor. Comunicar la institución significa dar a conocer no sólo sus muchas actividades sino también la "totalidad" que da cohesión a esta variedad de actividades en una sola organización. Finalmente, enuncia tres principios en los que se basa la actividad de comunicación del CMI: colaboración auténtica con otros, acceso a todos los miembros de la familia ecuménica, adaptación al contexto local. Las directrices para llevar a la práctica este mandato y esta política se formularon en un documento sobre Estrategia de Comunicación que fue recibido por el Comité Central y es la base de la reflexión y el debate en curso con todo el personal del CMI.

Un pequeño grupo asesor internacional prestó una importante asistencia en la formulación y la aplicación de esos dos documentos, así como en la evaluación de la labor de la Oficina de Comunicación. Ese grupo se reunió tres veces en el período considerado (mayo de 1992, octubre de 1994 y junio de 1996) y sus miembros estuvieron a disposición en todo momento para asesoramiento y consulta por correspondencia y por teléfono. A principios de 1997, se contrató a un consultor para examinar el papel de la comunicación en un CMI reestructurado después de 1998 y a la luz del proceso del Entendimiento y la Visión Comunes. Su informe fue sumamente valioso para formular las propuestas que finalmente se presentaron.

Panorama del trabajo
Noticias e información
La novedad más importante en este sector fue el lanzamiento en septiembre de 1994 de Ecumenical News International (Noticias Ecuménicas Internacionales), en cooperación con la Conferencia de Iglesias Europeas, la Federación Luterana Mundial y la Alianza Reformada Mundial. La iniciativa ENI, aprobada por los órganos rectores de las cuatro organizaciones en 1990 y 1991, aspiraba a promover una mejor comprensión del trabajo y la misión de la iglesia y del Movimiento Ecuménico, especialmente en los medios periodísticos laicos y eclesiales, mediante la distribución oportuna de noticias sobre cuestiones, sucesos y tendencias en relación con las actividades de las iglesias en el mundo. Ese tipo de colaboración debería permitir aumentar la eficacia, reducir la duplicación y superposición de servicios y ensanchar el círculo y las fuentes de las noticias y la información ecuménicas.

En agosto de 1992 no se habían materializado todas las subvenciones esperadas. El Comité Ejecutivo del CMI recomendó entonces que se reorganizase el Servicio Ecuménico de Noticias del propio CMI en forma de un servicio de noticias para los medios periodísticos en auténtica y estrecha colaboración con las demás organizaciones. Aunque en dimensiones menores que lo previsto, con dos periodistas y dos auxiliares, se inauguró el servicio ENI, y rápidamente se afirmó como la principal fuente internacional de noticias religiosas, no denominacional, como ponen en evidencia la reproducción de sus artículos en los medios de información y las reacciones positivas de dirigentes de las iglesias y otras personas en puestos de responsabilidad.

ENI se encarga actualmente de: a) un servicio diario de noticias (en inglés y francés) por fax y correo electrónico; b) un boletín informativo impreso en inglés y francés que aparece cada dos semanas; y c) un resumen diario de noticias, sólo en inglés, distribuido gratuitamente por correo electrónico. ENI está también presente en la World Wide Web (WWW). Tiene acuerdos de intercambio con varios servicios latinoamericanos. Mediante sus clientes en el sector periodístico, los productos de ENI son también traducidos y reproducidos localmente en otras partes del mundo, como África y Asia.

El contacto directo del CMI con los medios informativos externos es responsabilidad de la Oficina de Prensa e Información. Este contacto se realiza mediante comunicados de prensa, relaciones con los periodistas, organización de operaciones de prensa en las reuniones del Comité Central, conferencias mundiales y consultas importantes, sesiones de información y conferencias de prensa, así como mediante la organización de entrevistas y visitas de grupos de periodistas al Centro Ecuménico.

Además de organizar los servicios de prensa en la Conferencia Mundial de Fe y Constitución (1993), la Conferencia Mundial sobre Misión Evangelización (1996) y la Octava Asamblea, la Oficina de Prensa e Información se ocupó de las siguientes cuestiones : la designación de un nuevo secretario general en 1992; las solicitudes de información por parte de periodistas acerca de las relaciones del CMI con las iglesias de Europa oriental y central durante el período comunista (la Oficina proporcionó documentación a las iglesias miembros para ayudarlas a responder a las críticas al CMI publicadas en el número del Reader's Digest de febrero de 1993, y ampliamente difundidas); y la respuesta de la comunidad ecuménica a las tragedias de la ex Yugoslavia y de Rwanda. Cada año, se distribuyeron versiones escritas y grabadas del mensaje de Navidad del secretario general y del mensaje de Pentecostés de los presidentes y las presidentas del CMI, con un eco relativamente alto, especialmente en los medios informativos eclesiales.

Un cambio importante en la labor de información del Consejo tuvo lugar en enero de 1996 con la decisión de poner fin a la publicación de la revista mundial One World. La misión asignada inicialmente a la revista era la de "acercar a los cristianos de continentes y tradiciones muy diferentes" y, durante 22 años, se esforzó por ser intérprete del CMI y ofrecer un foro para la expresión de puntos de vista divergentes en el marco del ecumenismo mundial. La disminución de las suscripciones y la evolución de las necesidades de comunicación del Consejo llevaron a la decisión de buscar una estrategia de comunicación más flexible y abierta que la que era posible dedicando tantos recursos a un solo producto impreso en un solo idioma. Se propuso para ello la creación de un puesto de "consultor encargado de proyectos especiales". Lamentablemente, la mayor parte de este plan no pudo realizarse: muy pronto después de la decisión de poner fin a One World, la situación financiera general del CMI impuso grandes reducciones en el presupuesto de comunicación. Sin embargo, muchos miembros de la comunidad ecuménica continúan lamentado la desaparición de One World.

Publicaciones del CMI
Durante este período, el CMI ha publicado un promedio de unos 20 nuevos libros al año. Sus temas se refieren tanto a la labor general y la misión del CMI como a los trabajos específicos de sectores de su programa. También se han publicado otros libros de interés más general relativos a cuestiones ecuménicas clave (como los de la serie Risk Book).

Entre los muchos títulos incluidos en el catálogo de publicaciones del CMI, cabe destacar cinco en este período: 1) The Dictionary of the Ecumenical Movement, publicado en 1991, tras casi cuatro años de preparación, ha tenido muy buena acogida entre lectores y críticos como instrumento de referencia indispensable para toda persona que participe y se interese en las cuestiones, la historia y los acontecimientos del Movimiento Ecuménico, con un acervo de información que no procede de una fuente única; una edición revisada en rústica se proyecta para 1998. 2) El WCC Yearbook, primer anuario del CMI, apareció en 1995. Tras una introducción en la que se examinan los principales elementos de la vida y la labor del CMI durante el año anterior, cada anuario comprende las listas de direcciones de las iglesias miembros, los órganos ecuménicos nacionales y regionales y las organizaciones ecuménicas internacionales, así como los nombres de los componentes del Comité Central del CMI y del personal. 3) La Risk Book Series ha seguido ofreciendo a un público internacional cada vez más amplio, cuatro veces al año, obras provocadoras, fáciles de leer y bien documentadas sobre cuestiones importantes de la actualidad ecuménica. 4) The Ecumenical Movement An Anthology of Key Texts and Voices, publicado en 1997, es un manual y un documento de referencia único en su género que responde a una necesidad largamente sentida de un volumen básico para cursos sobre ecumenismo en seminarios y facultades de teología. 5) El tercer volumen de A History of the Ecumenical Movement, que abarca el período de mediados del decenio de los sesenta hasta el presente, está en preparación desde junio de 1994 y se prevé su publicación en 1998.

Gracias a los contactos con editores en diversas partes del mundo las publicaciones del CMI pueden ser traducidas a otros idiomas o editadas en colaboración con otros editores en inglés. Aproximadamente un tercio de los libros del CMI se publica por lo menos en un idioma distinto del inglés. La Oficina de Publicaciones del CMI se encarga también de publicar trimestralmente The Ecumenical Review, foro para el debate teológico de los temas ecuménicos. Cada número se centra en un tema único de importancia ecuménica.

Artes visuales
En la reestructuración del CMI en 1991, los trabajos gráficos y de diseño antes dependientes del Departamento de Comunicación pasaron a depender administrativamente de los Servicios Centrales. La Sección de Artes Visuales pudo concentrarse así en la fotografía y, en cierta medida, en el trabajo de vídeo. Además de prestar servicios a ese respecto a las unidades de trabajo, el coordinador de Artes Visuales viajó a muchas partes del mundo para actualizar la fototeca del CMI. Los envíos directos de un catálogo regular de Photo Oikoumene han propiciado el crecimiento constante del número de clientes exteriores (revistas, libros, televisión, periódicos). Desde 1997, se ha recurrido cada vez más a Internet para transmitir fotos a los clientes.

Debido al costo relativamente elevado de la producción profesional de vídeos, ha sido necesario limitarse a constituir un archivo de filmaciones en vídeo. La sección ayudó a producir el vídeo "Acting in Faith", en respuesta al artículo del Reader's Digest antes citado, un vídeo sobre el estudio "Evangelio y Culturas" y, en 1997, un nuevo vídeo ("Permaneceremos juntos") sobre la labor del CMI, destinado a las congregaciones locales.

Servicio lingüístico
El Servicio Lingüístico del CMI se encarga de la traducción de textos y documentos del CMI, la revisión del trabajo de traducción realizado por traductores externos y la organización de la interpretación para un promedio de 30 reuniones anuales.

En 1996, el servicio se vio gravemente afectado por la insuficiencia de los ingresos no asignados del CMI y se vio obligado a reducir su personal en el equivalente a cuatro puestos a tiempo completo. El personal consta actualmente de un puesto a tiempo completo para el inglés (que se encarga también de coordinar la traducción y la interpretación), dos a medio tiempo para el francés y el español, y un puesto a medio tiempo para el alemán. Esta situación ha obligado a dar mucho más trabajo a traductores externos, lo que ha acrecentado la tarea de revisión.

Interlocutores ecuménicos
Además de los contactos regulares con la Asociación Mundial para la Comunicación Cristiana, la Oficina de Comunicación convocó en Ginebra, en diciembre de 1992 una consulta, con 12 organizaciones de información internacionales católicas romanas y protestantes. Participó en consultas análogas en Aquisgrán (Aachen, Alemania), en 1993, y en Munich en 1995. Los temas del orden del día eran la comunicación en Europa oriental, la capacitación y la educación para la comunicación, proyectos de comunicación, formación para la comunicación religiosa, la comunicación en la educación teológica, los efectos de la comunicación electrónica en la iglesia y la cultura, y los métodos para facilitar la cooperación sistemática entre las organizaciones.

¿Qué hemos aprendido?
La situación ecuménica actual ha puesto de manifiesto la necesidad de prestar una mayor atención a la comunicación del perfil o la imagen del CMI entre sus iglesias miembros. Por supuesto, esta responsabilidad no puede delegarse simplemente en una parte del Consejo ni en consultores externos. En cuanto organización, el CMI tiene que definir claramente la imagen que quiere transmitir a sus miembros y al público en general. Dentro de este marco, es preciso optar por un número limitado de programas y actividades a los que se dará prioridad en el trabajo de comunicación en un período determinado, y para los que han de formularse estrategias especiales y asignarse recursos suficientes.

Para mejorar la imagen del CMI habrá que modificar el estilo de trabajo de la organización en su conjunto e invertir recursos considerablemente mayores. El necesario cambio de estilo de trabajo consistirá básicamente en tener en cuenta en toda la medida de lo posible el aspecto comunicación desde que se inicia cada actividad. La cuestión consiste, más que en decidir cómo comunicar los diversos aspectos de la actividad, en ver cada actividad en sí misma como un ejercicio de comunicación que realzará la imagen o el perfil de la organización, no con miras a promover la propia institución, sino para que sea un instrumento más eficaz al servicio del Movimiento Ecuménico.

Al mismo tiempo, nuevas tecnologías de la comunicación, especialmente Internet, abren enormes posibilidades, no sólo para dar a conocer el CMI y su labor a públicos diversos, sino también para facilitar la comunicación entre las iglesias a fin de reforzar y dar contenido a la realidad que constituye esa "comunidad de iglesias". En este sentido, desde principios de 1998, ha estado esforzándose por mejorar el sitio Internet del CMI.

Instituto Ecuménico, Bossey

El Instituto Ecuménico de Bossey es una actividad especializada del CMI ubicada administrativamente en la Secretaría General a fin de poder relacionarse por igual con todos los programas y actividades del Consejo.

El Instituto de Bossey está dirigido por una junta directiva de 15 miembros procedentes de todo el mundo, de los cuales un representante de la Universidad de Ginebra y el secretario general adjunto del CMI. La junta se reúne anualmente para determinar el programa, asesorar al director, redactar informes sobre presupuesto y financiación y ayudar a movilizar recursos financieros.

Con arreglo a sus Estatutos, los objetivos y funciones del Instituto de Bossey son:

  • Finalidad: ... contribuir a la formación de futuras generaciones de dirigentes ecuménicos, tanto religiosos como laicos; organizar encuentros teológicos ecuménicos en un entorno intercultural e interconfesional y construir una comunidad en la que se compartan las experiencias ecuménicas y los distintos tipos de espiritualidad y se promueva la comprensión ecuménica.
  • Funciones: ... 1) organizará una Escuela Superior de Estudios Ecuménicos, concebida como un ciclo anual de estudios, de culto, de vida y de trabajo en comunidad para estudiantes procedentes de distintos países e iglesias; 2) organizará cursos y consultas; 3) cooperará con otras instituciones ecuménicas y centros dedicados a la formación e investigación ecuménicas; 4) efectuará actividades de extensión; 5) constituirá un marco ecuménico y una infraestructura para la celebración de reuniones y conferencias.

El Ciclo académico de estudios ecuménicos superiores
El Ciclo académico de estudios ecuménicos superiores sigue siendo el elemento central de la labor del Instituto de Bossey. Desde 1996, comienza a principios de septiembre y termina la tercera semana de diciembre. Cada año, además del trabajo básico en estudios ecuménicos, la Escuela Superior de Estudios Ecuménicos centra sus actividades en un tema. Algunas veces el tema está estrechamente relacionado con los programas del CMI, a veces abre nuevas perspectivas al Movimiento Ecuménico. Los temas desde la Asamblea de Canberra han sido los siguientes:

1990-91 Ven Espíritu Santo, renueva toda la creación
1991-92 Hacia nuevos modelos de comunidades
1992-93 Hacia una comunidad sin exclusiones
1993-94 Hacia la comunión en la fe, la vida y el testimonio
1994-95 Educación para la koinonía
1995-96 Teología para la vida
1996 Artífices de la paz de Dios
1997 Llamados a una sola esperanza: el Evangelio en las distintas culturas
1998 El año de gracia del Señor

Cada año el ciclo académico cuenta con 55 a 60 estudiantes de muy diversas tradiciones y naciones. Estudian, conviven y celebran el culto juntos bajo la dirección de cinco profesores. La Escuela de estudios ecuménicos, mediante su afiliación a la Universidad de Ginebra, ofrece diplomas académicos a los estudiantes.

Cada estudiante debe realizar un trabajo escrito en estrecha colaboración con uno de los profesores. Además, los estudiantes dirigen el culto, realizan estudios bíblicos, reflexionan e informan a otros sobre las situaciones de sus propias iglesias y países. Durante una semana, la Escuela de estudios ecuménicos es recibida en Roma por el Pontificio Consejo para la Unidad de los Cristianos. Además, los estudiantes tienen la oportunidad de visitar el Consejo Mundial de Iglesias y otras organizaciones internacionales con sede en Ginebra y de pasar un largo fin de semana en parroquias suizas. De esta manera, los estudiantes aprenden con la experiencia tanto como con los estudios teóricos y descubren que se encuentran, de hecho, en un proceso constante de aprendizaje, siendo realmente el ciclo académico un "laboratorio" para la vida ecuménica.

Muchos estudiantes viven un importante proceso de crecimiento personal que les lleva a describir el tiempo pasado en el Instituto de Bossey como de "cambio vital". Al marcharse tienen un mejor entendimiento de su propia tradición y una nueva comprensión de lo que es la familia cristiana mundial con toda su diversidad y complejidad. Profesores y alumnos del Instituto de Bossey convienen en que el aprendizaje ecuménico es un proceso multidimensional y permanente que enriquece e interpela a todos los participantes.

Cursos y consultas
Cada año el personal del Instituto de Bossey organiza cursos, consultas y seminarios de una a tres semanas sobre varias cuestiones y para públicos diversos. Estos programas se desarrollan a menudo en colaboración con unidades del CMI o de otras organizaciones hermanas. Algunos de ellos, como el seminario ortodoxo, el seminario interdisciplinario y el seminario de teología, han llegado con los años a formar parte de la tradición del Instituto de Bossey; otros constituyen una respuesta a cuestiones e intereses específicos. Los seminarios del Instituto de Bossey tratan de ser interdisciplinarios, abiertos a todos y abiertos al futuro, investigando cuestiones y temas de que preocupan al Movimiento Ecuménico. Actualmente, cada miembro del personal se encarga de organizar dos de estos seminarios al año.

Los seminarios proyectados para 1999 son:

Teología y espiritualidad ortodoxas (en San Petersburgo)
Seminario sobre cuestiones éticas de actualidad (cuestiones medioambientales)
Capacitación y formación ecuménicas para laicos
Religión y arte
Misión en el siglo XXI
Consulta en memoria de Visser 't Hooft
Semana con un autor célebre
Hermenéutica bíblica
Mujeres y espiritualidad
Semana de ex alumnos del Instituto de Bossey

Bajo la dirección de un pastor encargado, el Instituto ofrece un programa dinámico para grupos de visitantes. En general, van al Instituto de Bossey, cada año, unos 60 grupos de iglesias y organizaciones de Europa y otros continentes. El pastor en-cargado, en colaboración con otros miembros del personal, ayuda a esos grupos a preparar programas de estudio y designar conferenciantes para el período de permanencia en el Instituto de Bossey, y organiza visitas al CMI y a otras organizaciones en Ginebra.

Cooperación en la enseñanza y la investigación
Para diversificar y aumentar el número de consultas y seminarios, el Instituto de Bossey trabaja en cooperación con otros interlocutores ecuménicos, dentro y fuera del CMI. Así pues, por ejemplo, en 1998, el Instituto de Bossey patrocinó un seminario sobre ministerio urbano con la Academia de Misión de Hamburgo, Alemania. Análogamente, el seminario interdisciplinario de 1999 sobre cuestiones medioambientales se realizará en cooperación con la TEMEC (Theological Education to Meet the Environmental Challenge).

El Instituto de Bossey da mucha importancia a su labor de investigación. La investigación enriquece tanto al ciclo académico como los seminarios, ayuda al personal docente a estar al día en sus ámbitos de especialización y da contenido a las otras diversas dimensiones del Movimiento Ecuménico. Se ha reunido un equipo interdisciplinario de 10 especialistas para que analicen juntos durante varios años la religión en el mundo de hoy. El estudio incluye trabajos sobre fundamentalismo, nuevos movimientos religiosos, Islam y nuevas imágenes de lo sagrado.

Trabajo de extensión
Siendo la educación en esta institución a menudo tan apasionante que llega incluso a cambiar la vida de los estudiantes, suele sugerirse que debería prolongarse más allá del Instituto Ecuménico. Sin embargo, transmitir la vivencia de Instituto de Bossey a quienes no han vivido esa experiencia, resulta ser caro y complicado, y sólo ha sido posible en raras ocasiones. Una de tales ocasiones fue el Curso de formación de dirigentes laicos que tuvo lugar en Harare, a principios de 1998. Pero aunque sea difícil trasladar la totalidad del programa, se alienta al profesorado del Instituto de Bossey a pasar varias semanas al año en otras instituciones, enseñando y haciendo trabajos de investigación. El personal ha asumido recientemente funciones de enseñanza en Sri Lanka, Cuba y Brasil. Además, el seminario ortodoxo se organiza a menudo fuera del Instituto de Bossey en lugares donde la ortodoxia puede ser vivida en su contexto histórico.

Reconociendo que es muy importante mantener contacto con los muchos miles de personas de todo el mundo que han asistido al Ciclo Académico y a los seminarios del Instituto de Bossey, el equipo de profesores se ha esforzado junto con ex alumnos graduados de varias regiones en formar grupos de amigos del Instituto de Bossey. Estos grupos se reúnen para participar en programas ecuménicos, intercambiar informaciones y apoyar las actividades del Instituto de Bossey en su contexto local. El Instituto de Bossey coopera con información, boletines y, cuando es posible, la participación de su personal en la programación local. Además, el Instituto de Bossey ha establecido una página Web que permite al público en general acceder a informaciones sobre los programas del año en curso y leer los documentos destinados a los seminarios y las consultas.

Un centro para reuniones y conferencias
Las instalaciones del Instituto de Bossey, sus habitaciones para huéspedes y el hermoso parque que lo rodea hacen que sea un lugar ideal para reuniones y conferencias. Se están haciendo esfuerzos para mejorar esas instalaciones, acondicionando lugares confortables para que los participantes puedan descansar entre las sesiones de trabajo, tener fácil acceso a fotocopiadoras, fax y teléfono, y garantizar un transporte práctico para los residentes. Además, el personal docente del Instituto de Bossey junto con un comité encargado del edificio está considerando la viabilidad de renovar el castillo para que en los próximos decenios siga ofreciendo la infraestructura necesaria para la enseñanza , los encuentros y los estudios ecuménicos que son la misión del Instituto de Bossey.

Orientaciones futuras
Al celebrar su jubileo en 1996, el Instituto Ecuménico de Bossey examinó detenidamente su historia y su misión y reafirmó su papel fundamental en el Movimiento Ecuménico del siglo XXI. Su planificación para el futuro es dinámica y llena de optimismo. Seguirá interpelando e informando así como reuniendo a personas en torno a programas innovadores y proyectos de colaboración. El personal docente está sopesando actualmente la posibilidad de ofrecer dos semestres de estudios superiores cada año, lo que daría a los estudiantes la posibilidad de obtener un título de maestría en estudios ecuménicos en cooperación con la Universidad de Ginebra.

Oficina de Finanzas

Nota: Por lo que atañe a las finanzas del Consejo Mundial de Iglesias, es obvio que una asamblea que se reúne cada siete años sólo puede dar lineamientos generales sobre la política a seguir. Así pues, la Constitución del CMI confiere la facultad de "aprobar el presupuesto del Consejo Mundial de Iglesias y asegurar su apoyo financiero" (Artículo V.2.c.6) al Comité Ejecutivo, que se pronuncia sobre los informes financieros, los presupuestos, las proyecciones y las recomendaciones que le presenta su Comité de Finanzas permanente.

En la asamblea, la situación financiera global del CMI y los factores concretos que incidirán en ella son examinados detenidamente por su propio Comité de Finanzas, que presenta su informe en las últimas sesiones plenarias administrativas. Aun así, es oportuno que un informe y un debate de carácter más general sobre las finanzas también formen parte de la reunión de información y debate sobre la Secretaría General, ya que la cuestión de los recursos con los que el CMI ha de desempeñar su labor ha sido una preocupación capital del Consejo en los siete años anteriores.

En este sucinto informe se explican las tendencias financieras generales que han incidido en la vida del Consejo durante el período que nos ocupa y se indican las decisiones adoptadas a ese respecto, en lugar de referirse a las cifras del presupuesto, los ingresos y los gastos, que serán objeto de un minucioso examen en el Comité de Finanzas de la Asamblea.


En los últimos siete años se ha puesto de relieve la necesidad de proceder a ajustes significativos en la vida y la labor del CMI para que éste pueda responder efectivamente a los cambios que ocurren en el mundo, en las iglesias y en su base de financiación. Tal ha sido la situación en la que han trabajado durante este período la Oficina de Finanzas y Administración del CMI y su Oficina de Coordinación y Movilización de Fondos, junto con el Comité de Finanzas del Comité Central, ocupándose de los presupuestos, las cuentas, los informes, las inversiones, las proyecciones en materia de ingresos y la recaudación de fondos.

Dos factores provocan las dificultadas financieras crónicas que aquejan al Consejo:como los donantes asignan gran parte de los ingresos del CMI a actividades concretas, los ingresos no asignados disponibles para la labor básica del Consejo y para atender a nuevas necesidades son insuficientes;

  • siempre ha habido un desequilibrio en el apoyo financiero procedente de las distintas regiones geográficas y tradiciones. En 1995, aproximadamente la mitad de las iglesias miembros no aportaron su contribución de afiliación al Consejo.
    En septiembre de 1990, pocos meses antes de la Asamblea de Canberra y después de un período de relativa estabilidad financiera, se constató que, según las proyecciones, el Consejo afrontaba graves déficits en los presupuestos de funcionamiento de 1991 y 1992. A raíz de ello, hubo que tomar medidas urgentes para reducir drásticamente los gastos, y la estrategia principal consistió en reducir la dotación de personal. En consecuencia, la plantilla del CMI disminuyó en un 30 por ciento en los últimos siete años : de 346 personas antes de la Asamblea de Canberra pasó a 300 cuando se celebró la reunión del Comité Central de septiembre de 1991, y luego a 237 al celebrarse la reunión de septiembre de 1997.

    La Asamblea de Canberra pidió un mayor apoyo financiero a todas las iglesias miembros, especialmente a aquellas que no aportaban contribución financiera alguna, así como la movilización de nuevas fuentes de fondos, una política de inversiones más dinámica, un examen de la política presupuestaria, la reducción de los gastos a los límites de los ingresos ordinarios, y la elaboración de un procedimiento de planificación integrado en el que se tomasen en cuenta las prioridades programáticas, la dotación de personal y las proyecciones financieras.

    Para alentar a las iglesias a que aportaran una contribución financiera anual, el Comité Central aprobó una modificación del Reglamento del CMI en virtud de la cual esa contribución pasó a ser una obligación de las iglesias miembros; su monto se determina en consulta con el Consejo y es proporcional a los recursos de cada iglesia miembro.

    Para recaudar más fondos en los Estados Unidos, el CMI puso en marcha una iniciativa de desarrollo ecuménico junto con el Consejo Nacional de Iglesias de los Estados Unidos. También se procuró incrementar el apoyo de las iglesias miembros más nuevas de Asia oriental. Ahora bien, por lo común se requiere dedicar mucho tiempo y recursos a la recaudación de fondos antes de que se puedan recoger los beneficios; además, el clima económico general de Europa, América del Norte y Asia durante este período así como las consiguientes presiones financieras a que se han visto sometidas todas las iglesias y organizaciones caritativas limitaron las posibilidades de encontrar nuevos recursos, al menos en lo inmediato.

    Tras la reorganización del Consejo en enero de 1992, se llevó a cabo una completa reestructuración financiera, estableciéndose procedimientos más estrictos de presupuestación y contabilidad.

    Un examen realizado en 1993 reveló que siete octavas partes de los gastos programáticos del CMI se sufragaban con cargo a fondos de proyectos y fondos fiduciarios y, por ende, sólo una octava parte con cargo al presupuesto ordinario de funcionamiento. Puesto que ello daba una impresión engañosa de la situación financiera del Consejo, el Comité de Finanzas dispuso un procedimiento contable enteramente nuevo, basado en fondos generales o fondos de actividades. También se implantó un método simplificado y más transparente de calcular los costos redistribuidos o compartidos.

    En enero de 1994, cuando estos cambios entraron en vigor, la situación financiera se había estabilizado y se habían acumulado reservas. No era evidente aún que las vicisitudes financieras del Consejo habían llegado a un punto crítico, que afectaría profundamente a su vida y su trabajo futuros.

    En suma, los grandes cambios de las condiciones económicas mundiales también han tenido incidencia en la financiación del CMI. El predominio de la economía de mercado, el colapso del socialismo, los efectos de las reducciones de plantillas, la subcontratación y la exigencia de una buena relación "calidad-precio", todo ello ha modificado las actitudes de las organizaciones internacionales, los gobiernos, los organismos y las iglesias.

    La incertidumbre en otras dos esferas crearon dificultades: las carteras de inversión del CMI arrojaron imprevistamente magros resultados, y muchas monedas se vinieron abajo en relación con el franco suizo. En particular, una pronunciada caída del valor del dólar estadounidense provocó pérdidas excepcionales en las transacciones monetarias con vencimiento en 1994.

    Al mismo tiempo, las entidades de financiación de Alemania y Suecia, durante años grandes contribuyentes a los fondos generales y a los fondos de actividades del CMI, tuvieron que reducir su aporte. Otras iglesias y organismos se vieron imposibilitados de aumentar, y en algunos casos incluso de mantener, su nivel de contribución, ni siquiera para ajustarlo al relativamente bajo índice de inflación de Suiza.

    Inicialmente, se esperaba que las serias reducciones de fondos registradas en 1994 y 1995 serían de corta duración y que el CMI estaría en condiciones de capear la tempestad recurriendo a sus reservas, aun cuando estas últimas habían mermado considerablemente. Pero los resultados de 1995 dejaron en claro que lo que se había esperado fuese un fenómeno pasajero, en realidad indicaba un cambio fundamental en la base de financiación del Consejo. Se decidió reducir la dotación y los gastos de personal y establecer claros objetivos presupuestarios para los años siguientes, señalando la necesidad de que el CMI adoptara lo antes posible el tan anhelado presupuesto unificado.

    Varias consultas con los principales asociados en la esfera de la financiación permitieron constatar que éstos seguían apoyando al Consejo. Pero las dificultades que experimenta el CMI también aquejan a la mayoría de las iglesias y los organismos. No se vislumbra ninguna solución rápida. Sencillamente, el CMI tendrá que adaptar radicalmente sus actividades y estructuras para afrontar los desafíos del siglo XXI.

    En 1996, un examen exhaustivo de los presupuestos puso en evidencia que aún eran necesarias nuevas reducciones de personal. Fue preciso preparar y financiar un plan de reestructuración del personal, pues sería menester suprimir puestos. Se inició una evaluación completa del programa para determinar las actividades que debían suprimirse o reducirse y las repercusiones que podría tener esa decisión en la labor y los ingresos del Consejo. Como se reconoció en el proceso "Hacia un Entendimiento y una Visión Comunes del CMI" (EVC), cualesquiera sean las nuevas formas y estructuras que adopte el CMI, éstas deberán tener en cuenta los recursos disponibles que, a su vez, dependerán de las actividades y los programas que se lleven a cabo. En la práctica, esto significa que habrá una relación más estrecha entre las propuestas y sus consecuencias presupuestarias.

    En septiembre de 1997, el Comité Central aprobó la declaración normativa del EVC y también aceptó los lineamientos generales de una estructura y un estilo de trabajo radicalmente nuevos para el Consejo, en virtud del cual se eliminarían las cuatro unidades de trabajo actuales y se reagruparía la totalidad de la labor constituyendose un único conjunto administrativo. Esto ha allanado el camino para un nuevo estilo de presupuesto unificado y una nueva estructura financiera.


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    Octava Asamblea y 50 Aniversario
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