Cincuenta Aniversario y Octava Asamblea del CMI
Crónica mensual
no. 8
El desafío de una Asamblea Jubilar
y el Padare

por Myra Blyth


La Octava Asamblea del Consejo Mundial de Iglesias, coincidiendo con el 50 aniversario del Consejo, es una oportunidad única para que los representantes de las iglesias de todo el mundo vengan a unirse a sus hermanas y hermanos de frica. Reunidos en Harare, Zimbabwe, del 3 al 14 de diciembre de 1998, todos ellos tratarán de hacer realidad la promesa del Jubileo, que significa reconciliación, restauración y renovación, en este continente particularmente azotado por las dificultades.

Y en el marco de esos esfuerzos, la tarea de dar a conocer y promover la tradición y la cultura africanas será un elemento central. Para el pueblo de Zimbabwe, el Padare, símbolo de la idiosincrasia tradicional, es un aspecto de fundamental importancia, por cuanto significa consenso a través del diálogo y el respeto mutuo.

"Dare" es un término shona tradicional que significa lugar especial de reunión y que, antes de la era del colonialismo, funcionaba a muchos niveles de la sociedad de Zimbabwe.

En el marco de la familia, el dare era un tiempo y un lugar en el que los hombres se reunían junto con los hijos varones de la familia. Era un lugar de reposo, un lugar donde se comía. También era un lugar donde se recibían consejos y formación, un lugar donde la generación de ancianos transmitía toda su sabiduría a los jóvenes.

Las mujeres de la familia también se reunían pero en un lugar diferente. Sus reuniones se conocían con el nombre de "kutandare".

A nivel de la aldea, el Padare también era principalmente una reunión de hombres que proporcionaba un marco para promover la cohesión de la comunidad, así como para el asesoramiento de los jóvenes y la toma de decisiones cuando se producían conflictos.

Hoy esa división de los grupos y de las funciones de cada grupo sobre la base del género no es algo que merezca nuestra aprobación. Sin embargo, el pueblo de Zimbabwe reexamina y reivindica hoy otros aspectos de la tradición shona del Padare.

El dare era un lugar en el que todos los participantes pasaban a ser iguales. También era un espacio para el consenso; no había prisa para tomar decisiones pues eso hubiera sido contraproducente para la construcción de lazos comunitarios.

Según una joven de Zimbabwe que conocí hace poco, el aspecto más destacado de la tradición del Padare es su potencial para proponer formas alternativas de promover la paz, la reconciliación, en definitiva, la cohesión comunitaria.


Reunión de la comunidad, Gweru, Zimbabwe (1984)
ref.: Nš 2818-14

No es de extrañar que la tradición dare se interrumpiera durante el colonialismo. Durante ese período, los jefes tradicionales pasaron a ser funcionarios civiles pagados por el gobierno y responsables ante el gobierno y no ante el pueblo. Los conflictos ya no se resolvían en el marco de la comunidad sino en los tribunales.

Pero, para el pueblo de Zimbabwe, como para muchas otras sociedades, los tiempos no están para idealizar las tradiciones ni el pasado. Tampoco se trata de relegar al olvido las tradiciones sino de respetarlas y adaptarlas a las nuevas necesidades y circunstancias.

De ahí que las iglesias anfitrionas en Zimbabwe de la Octava Asamblea del CMI sugirieran que el "espacio abierto" previsto en el marco de la Asamblea se llamara Padare y que ese espacio plasmara los aspectos más positivos de la tradición del Padare: igualdad, consenso y comunidad.

La idea de un espacio abierto no es una novedad en las asambleas del CMI, pero el hecho de que este espacio se conciba como un Padare aporta una nueva dimensión a la Asamblea. Al explorar el concepto de Padare para la Asamblea, el Comité de Planificación no pudo menos que sorprenderse del potencial de esta tradición en cuanto a un modelo que podría aplicarse en el mundo. El Padare est un todo un estilo de diálogo y consulta que busca ser inclusivo y no exclusivo, que promueve la dignidad y la igualdad de todos y afirma inequívocamente que, en la búsqueda de unidad y comprensión, el trayecto es tan importante como el destino, y que la exploración y el diálogo son tan vitales como cualquier decisión o conclusión.

Como modelo, el Padare es particularmente pujante por cuanto simboliza el nuevo pensamiento que caracteriza hoy al Movimiento Ecuménico. En efecto, los últimos debates ecuménicos han puesto mayor énfasis en la necesidad de promover las relaciones que en la necesidad de una convergencia estructural y doctrinal. El Padare puede ayudar a comprender cómo pueden sustentarse las relaciones y la comunidad, incluso en medio del desacuerdo y el conflicto.

Al basarse en los aspectos más positivos de la tradición shona y al reflejar la importancia que hoy se concede en los círculos ecuménicos al diálogo antes que a las decisiones, el Padare promete ser un importante elemento de la Asamblea, tanto a nivel simbólico como a nivel práctico.

El Padare se desarrollará durante cinco días y abarcará más de 400 actos y celebraciones de toda índole: seminarios, talleres, representaciones, etc.

El teatro de la Universidad será el escenario de más de 40 representaciones artísticas (teatro, danza, música, poesía). Una de las muchas representaciones a cargo de nuestros anfitriones en Zimbabwe será la presentación escénica de la vida de un mártir local.

Sobre la base de seis temas principales que constituirán el marco conceptual de ese espacio abierto, el Padare también acogerá una gran variedad de talleres y debates, en particular, un debate sobre el 50 aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas; también será un espacio en el que podrán escucharse relatos y testimonios de iglesias y comunidades de todo el mundo que, en medio de la fragmentación y la violencia, se esfuerzan por promover una cultura de la paz.

En el Padare, visitantes y delegados examinarán la cuestión de la mundialización y la deuda y simbólicamente unirán sus manos a las muchas personas que en todo el mundo están haciendo campaña para la condonación de la deuda de los países más pobres hacia el año 2000. Los niños de Harare, junto a otros niños de todas las regiones del mundo, invitarán a las iglesias a estudiar de qué formas el trabajo que realizan en relación con la infancia podría contribuir a dar dignidad y voz a los niños marginados y explotados del mundo.

TEMAS DEL PADARE

Justicia y Paz: cuestiones que se plantean a la iglesia en un mundo marcado por los conflictos, la violencia y la mundiali construcción de comunidades reconciliadas.

Unidad: cuestiones relacionadas con el culto, la espiritualidad, la unidad visible de las iglesias y la eclesiología y la ética.

Avanzar juntos: cuestiones relacionadas con la comunicación en el Movimiento Ecuménico y con la forma de dar a conocer el Movimiento Ecuménico; cuestiones relacionadas con el ecumenismo conciliar y con el entendimiento del único Movimiento Ecuménico.

Aprendizaje: cuestiones que se plantean en las relaciones interreligiosas y en la formación cristiana y ecuménica por lo que respecta a la pluralidad cultural y religiosa.

Testimonio: cuestiones que se plantean en la comunicación del Evangelio: la atención de salud, el testimonio y la evangelización; el problema del proselitismo.

Solidaridad: cuestiones relacionadas con la preocupación de las iglesias por el medio ambiente y el desarrollo de comunidades sostenibles basadas en la justicia; iniciativas concretas de capacitación.

Pero, además de centrarse en cuestiones de justicia y paz, el Padare también abordará temas en relación con la fe y la unidad, la oración, el culto, la naturaleza de la iglesia, la misión y la relación entre el Evangelio y las culturas. A este respecto se llevarán a cabo presentaciones sobre los resultados de la Quinta Conferencia Mundial de Fe y Constitución celebrada en Santiago de Compostela en 1993 y de la Conferencia Mundial sobre Misión y Evangelización celebrada en Salvador, Brasil, en 1996.

Por tratarse de un espacio abierto, el Padare no formará parte de la estructura oficial de toma de decisiones de la Asamblea. Tampoco elaborará informes escritos ni formulará recomendaciones. Ahora bien, es de prever que muchas de las cuestiones abordadas en el Padare dejarán huella en los participantes, muchos de los cuales son delegados que participarán en las sesiones administrativas oficiales de la Asamblea.

Así pues, el Padare, como lugar de encuentro y diálogo, contribuirá a garantizar que las perspectivas y prioridades futuras de las iglesias miembros del CMI reflejen genuinamente las preocupaciones de los cristianos de todo el mundo.



Información para jefes de redacción y periodistas

La Rev. Myra Blyth es Ministra Bautista del Reino Unido y directora ejecutiva de la Unidad IV del CMI: Compartir y Servir. También es moderadora del grupo que se ocupa de la organización del padare. Está disponible para facilitar más información y para conceder entrevistas. Periodistas de radio: tomen nota de que, a efectos de esas entrevistas, hemos instalado una línea RDSI en nuestro estudio de radio utilizando un Codec CCS M66I de 64K.

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John Newbury
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